Ese
El régimen tiene la deuda legal con lo que ellos llaman patria; esa que ha sido vilmente mancillada y consiste tal situación en una lesión criminal a la seguridad y defensa -que es permanente-, cuando se “construyeron” venezolanos por nacimiento al cedularlos como tal, en operativos preelectorales, cuya finalidad era dar apariencia de legalidad a elecciones viciadas.
En efecto, las llamadas campañas móviles de identificación, permitieron en las zonas fronterizas y aun en las ciudades, a cientos de miles de extranjeros, adquirir en forma instantánea la nacionalidad venezolana por nacimiento, en una clara burla a la Constitución y leyes de la República.
¿Cómo funciona? El extranjero da su nombre, el que quisiera, se le cédula e instantáneamente se inserta en el Registro Electoral Permanente (REP), con ubicación de lugar de votación. Ese fraude logra violentar todo el concepto de nacionalidad, que constitucionalmente exige formalidades que son inequívocas para ser venezolano por nacimiento. Peor aun, si bien es cierto que la Constitución admite la multiplicidad de nacionalidades, tal hecho está sometido a procedimientos específicos que no pueden ser sustituidos por ningún funcionario en actos de traidora corrupción.
Detectar tales anormalidades es de fácil ejecución. Revisar la emisión de cédulas de identidad en las diferentes fechas preelectorales y solicitar los datos filiatorios, para verificar por lo menos el acta de nacimiento del cedulado. Así se descubriría toda la trama delictual que ha venido vulnerando nuestra Soberanía en lo básico del Estado, el cual es la nacionalidad.
No obstante lo anterior, “por ahora”, esos mismos “compatriotas” forman parte de ese ejército de delincuentes que arrasan con alimentos, medicinas y productos de primera necesidad, que las 24 horas del día son adquiridos a precios subsidiados y que las autoridades permiten su salida e ingreso a Colombia. Sus cédulas “venezolanas” le dan acceso a los centros de compra con toda la libertad e impunidad. Por ello, podemos afirmar que la guerra económica sí existe entre ellos y los venezolanos verdaderos. Los agresores son los “cedulados” y los funcionarios cómplices. Así de clara es la situación que todos sabemos y todos callamos.