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Las cancilleres de Venezuela y Colombia se ruenieron ayer en tierra neograndia para tratar el conflicto binacional, surgido tras el cierre de la frontera común y la declaratoria de estado de excepción en seis municipios del Táchira, lo que dio paso a la deportación de poco más de mil ciudadanos colombianos.
María Ángela Holguín (Colombia) y Delcy Rodríguez (Venezuela) se sentaron durante varias horas y acordaron reuniones de los ministros de defensa de ambas naciones para tratar el tema fronterizo, donde se lidia con problemas como crimen organizado y contrabando de extracción de combustibles y de alimentos.
La neogranadina dijo que acordaron un ecuenrtro entre los defensores del pueblo para trabajar en el mecanismo de las deportaciones.
"Estamos seguros de que el cierre de la frontera no es el camino para combatir el contrabando, señaló en una rueda de prensa conjunta, pero afirmó: "De la línea de cooperación con Venezuela no nos sacará nadie”.
La venezolana celebró el encuentro, que consideró como "el primer paso hacia la búsqueda de una ruta que nos permita construir una nueva frontera".
Afirmó que las autoridades militares venezolanas respetan los derechos de los "hermanos colombianos" que buscan en sus casas y deprotan y resaltó que "es una mentira mediática el maltrato".
Delcy Rodríguez agregó que Venezuela se ve "afectada" por el tráfico de drogas de Colombia pero prometió que seguirán "trabajando para construir una frontera con legalidad".
A la reunión, que se celebró en la Casa del Marqués de Valdehoyos, sede alterna de la Cancillería, asistieron las ministras de Relaciones Exteriores de Colombia y de Venezuela, acompañadas por otros miembros de los respectivos gabinetes.