¡Descentralización ya!

Debemos comenzar por sancionar una ley de transferencia de competencias hacia estados, municipios y comunidades organizadas

Si algo le ha hecho profundo daño a Venezuela es la actitud centralista. En general, quienes alcanzan la presidencia se niegan a asumir la descentralización como política de Estado. No importa que la Constitución la promueva o la institucionalice. Ellos no están ganados a transferir competencias y recursos porque sienten que pierden poder. Caen entonces en ese error que los degrada, porque los gobernantes se deben al pueblo y la gestión pública a la mejoría de la calidad de vida. Si la descentralización se basa en poner la solución de los problemas donde éstos se producen, es obvio que debe ser respetada por todos. 

Desde la AN mucho se puede hacer para profundizar la descentralización que tanta falta nos hace. Debemos comenzar por sancionar una ley de transferencia de competencias hacia estados, municipios y comunidades organizadas. Este es un país con un Estado Federal descentralizado. Entonces es imprescindible que eso se concrete.  Para esto deben ser revisadas también las leyes del Poder Popular que pisotean este principio. El Parlamento debe ajustar la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno a la Constitución porque ésta ha desnaturalizado su funcionamiento. Hay que sancionar de nuevo la LAEE para estados mineros y petroleros. Esa fue una reivindicación por la que luchó Arias Cárdenas antes de su repudiable metamorfosis. Hay que discutir la Ley Orgánica de Hacienda Pública Estadal que debió entrar en vigencia en el 2000 y que logrará nuevas fuentes de financiamiento a las regiones. Debemos, además, revisar el concepto de Situado constitucional y legislar para que el 20 por ciento previsto en la Constitución sea aplicado a todos los ingresos del país. Este gobierno ha robado gran parte de ese Situado a través de fondos inconstitucionales administrados discrecionalmente por el Presidente.

Estas son algunas de las actuaciones que debemos desarrollar desde la nueva AN para lograr el objetivo de cualquier instancia de gobierno: pensar en la gente. Mantener las políticas centralistas de este gobierno es sucumbir a la ineficiencia y a la corrupción. En Caracas, ojos que no ven corazón que no siente. Así que debemos tener un Gobierno nacional que diseñe políticas públicas, pero Gobernaciones y Alcaldías que tengan el control de las competencias que les da la Constitución, así como comunidades comprometidas con su propio desarrollo. Todos somos responsables de la construcción de este gran país.

 

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