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Angela Merkel, canciller alemana, empezó ayer la búsqueda de soluciones de consenso ante la brecha abierta en su gran coalición por la llegada incesante de refugiados, que sus filas más conservadoras exigen que contenga con medidas drásticas pese a que ello topa con la línea de la jefa del Gobierno.
Las cúpulas de los tres partidos gubernamentales -Unión Cristianodemócrata (CDU), la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD)- se reunieron ayer por separado en busca de fórmulas que permitan, al menos, un flujo ordenado de los entre siete mil y 10 mil peticionarios que a diario entran en el país, reseñó EFE.
Hay coincidencia en que la situación es insostenible para las poblaciones bávaras más directamente afectadas y también para los peticionarios de asilo, que deben esperar su oportunidad de ingresar en el país en condiciones climáticas cada vez más adversas.
Sin embargo, hay claras divergencias sobre cómo lograrlo, sea dentro de la CDU de Merker, entre la formación de la canciller y su hermanada CSU o entre las formaciones conservadoras y el SPD.
La CSU bávara, el partido hegemónico desde hace décadas en el “land” que recibe las mayores oleadas de refugiados, exige la implantación de zonas de tránsito en la frontera, donde evaluar las solicitudes de asilo de quienes tratan de ingresar en el país.
El SPD, cuya cúpula se reunió ayer en sesión extraordinaria para presentar sus alternativas, rechaza lo que considera que implicaría la creación de enormes cárceles, donde quedarían recluidas personas que acuden a Alemania en busca de asilo.