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Más de mil pescadores de la costa que bordea el municipio San Francisco aseguran que se están “muriendo de hambre” porque los mantienen amenazados de muerte. La causa, el buche de pescado, mismo que los obliga a no salir a trabajar debido a que las mafias del Lago se mantienen atentos por si los pescadores venden a cualquiera la vísera.
El miedo está apoderado de los trabajadores, y la mayoría se niega a dar su nombre o permitir una fotografía. “La Guardia Nacional no cuida a nadie, nosotros tenemos muchos años en esta zozobra y ellos brillan por su ausencia. Nos roban, nos matan, hacen de todo con uno y nada que ellos aparecen”, comentó uno de los pescadores que prefirió no identificarse por miedo a represalias.
El hombre pidió “apoyo” a los organismos de seguridad para que eviten hechos de violencia. “Ya después de las 6.00 de la tarde no podemos trabajar porque los barcos en vez de atracar en la bahía lo hacen por este lado y nos perjudican porque nos rompen los chinchorros, total que vivimos en una angustia”.
Viven de eso
“La pesca del buche es legal, aquí hay más de mil pescadores que viven de la pesca de la corvina y si paran la pesca nos morimos todos de hambre”, reforzó un pescador que en sus 45 años de experiencia aseguró que es la primera vez que el sustento de su hogar se ve afectado.
Los buches de pescado se han convertido en un motivo de suficiente peso para matar, gracias a su alta cotización en el mercado negro regional e internacional.
Las víseras son un material ansiado por narcotraficantes, pues con ellas se elabora una envoltura que convierte al narcótico en imperceptible, sin embargo para los pescadores existen otras utilidades del buche como la extracción de colágeno, pega y hasta sutura. Aseguran que las autoridades militares han querido criminalizar su trabajo sin tener en cuenta que ese es su sustento familiar.
Les exigen a las autoridades que cese el amedrentamiento al que los tienen sometidos.
No hay
Los pescadores aseguraron que gran parte de las lanchas están varadas por falta de motores, redes o repuestos que les han robado y que gracias a la crisis económica del país no los han podido reparar. “Los repuestos no se consiguen, una paca de chinchorro vale 200 mil de bolívares, de dónde los voy a sacar”.