El cadáver de Emilia Lugo lo encontraron ayer sobre una acera en Cañada Honda. Su asesino le abrió el cuello en dos. La Policía presume que se trate de un crimen pasional. Investigan al novio de la joven
A Emilia Carolina Lugo García (20) la reconocieron a penas la vieron. La sangre le cubría del rostro hasta el pecho, pero lucía la misma ropa con la que paseaba el domingo por Cañada Honda. Quien la atacó la golpeó en la cara antes de degollarla y abandonarla en la acera para que se desangrara.
Los vecinos encontraron el cuerpo a las 5.00 de la mañana. Presumen que tendría horas en la calle. La sangre estaba seca. Por compasión la taparon con un trapo. Así estuvo hasta las 9.00 de la mañana cuando los detectives de la Policía científica trasladaron su cuerpo hasta la morgue.
La morena alta, de cabello largo y negro, vestía un pantalón gris, blusa violeta estampada y unas sandalias marrones. La última vez que la vieron conversaba y bebía con unos muchachos del sector. La Policía sospecha que uno de ellos era su novio y está involucrado en el crimen. Ya está identificado, no revelaron, sin embargo, su nombre para evitar que huyera.
Dolor
Los Lugo se acercaron a la morgue forense en la tarde. Lisett, su madre, apenas podía hablar. Se secaba las lágrimas y recomenzaba la descripción de su única hija hembra. No trabajaba ni estudiaba, pero era alegre y muy querida por los vecinos.
"Las calles de esta ciudad son una guillotina. Hace falta más seguridad y alumbrado público. Hoy fue mi hija, mañana podría ser cualquiera", sentenció la mujer, quien no cree en la justicia.
La Policía interrogó ayer a los amigos y los vecinos en la sede en Altos del Sol Amado. Hasta ahora el único sospechoso es su novio, la última persona con quien fue vista.
