
Monseñor
Decenas de feligreses asistieron a la celebración del Domingo de Ramos en la Catedral Metropolitana de Maracaibo desde tempranas horas de la mañana. El casco central de la ciudad lucía adornado con palmas reales que los fieles llevaban entre sus manos para dar inicio a la Semana Santa por ser la representación de la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén. De igual modo, abre paso a lo que será una semana llena de cultos y tradiciones en todo el mundo cristiano por la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección del hijo de Dios.
Monseñor Ubaldo Santana, arzobispo de Maracaibo, inició la actividad con una oración colectiva en la Plaza Bolívar para luego realizar la tradicional procesión de las palmas con la que los devotos hacen entrada a la Catedral. Durante la homilía el arzobispo recalcó la necesidad que tiene el pueblo de Venezuela de fortalecer su fe, llamó a la paz y a la redención. La celebración contó con la participación del coro Niños Cantores del Zulia.
La Verdad conversó con monseñor Ubaldo Santana a su salida de la eucaristía sobre su llamado a la redención. “Mi mensaje ha sido centrado fundamentalmente en lo que celebramos esta semana que es la redención que Cristo ha venido a traer mediante su muerte y su pasión y he querido enfatizar la necesidad actual de que todos nos dejemos redimir. El mundo porque está muy convulsionado y lleno de odio y de terrorismo y también el país porque siento que nuestros gobernantes tienen la gravísima obligación de entenderse y de ponerse de acuerdo porque todos los poderes públicos que tenemos en este momento han sido legítimamente elegidos o por lo menos los que sí lo han sido, hay que respetar la voluntad popular y si lo han elegido de distintas tendencias es porque creen que debe haber un equilibrio y ese equilibrio debe ser capaz de expresarse en un gobierno equilibrado con medidas que vayan en favor de la resolución de las apremiantes necesidades que tienen el pueblo en el campo de la comida, del abastecimiento, de la salud y de la seguridad”.
Insistió en la necesidad de curar los corazones, “como dice Jesús, es desde adentro, porque de ahí es que brotan todas estas actitudes malignas que terminan envenenando nuestras relaciones y sembrando cizaña en la vida social cuando en verdad si nos ponemos a trabajar más a fondo las cosas podemos devolverle a Venezuela esa vida social, convivencial, fraternal y más respetuosa que antes teníamos y que hemos ido perdiendo lamentablemente también por el morbo de la corrupción”.
“Oremos para que llueva”
El arzobispo de Maracaibo informó que este miércoles esperan terminar la novena de oración para que Dios conceda lluvias al país. “Yo he pedido en la arquidiócesis una novena de rogativas que se empezó el miércoles pasado y que esperamos concluir este próximo Miércoles Santo para que introduzcamos entre las diversas celebraciones que hacemos tanto las piadosas como los actos litúrgicos oraciones expresas para pedir el don de la lluvia. Tenemos confianza de que Dios nos oirá y nos enviará esa lluvia que tanto necesitamos porque todo está en un nivel crítico, los ríos, los embalses y las nacientes por el incendio de Perijá y la vida diaria de nuestro pueblo también”.
Sobre el incendio en la Sierra de Perijá, el sacerdote aseguró que aunque “las lluvias que han caído han logrado apagar el incendio que se inició hace dos meses y espero que nuestros hermanos indígenas estén en capacidad de recuperar la siembra que se quemó para que el abastecimiento que está en esa zona no se pierda”.
Inventario histórico
Monseñor Ubaldo Santana informó que la arquidiócesis ha iniciado el inventario histórico de la Catedral. “En este momento nos interesa mucho recuperar el inventario histórico de imágenes de objetos litúrgicos que han desaparecido y que sabemos por los libros e inventarios anteriores que eran parte del patrimonio de la Catedral, por eso he querido hacer este primer llamado, que no será el último, para tocar la puerta de aquellos que por algún motivo o camino tengan en su haber en este momento objetos valiosos de la Catedral, para que piensen generosamente devolverlas porque nunca estarán mejor que en el lugar que le corresponde”.