Notículas de Español

Tenemos particular interés en llamar la atención acerca de uno que cada día se hace más frecuente en  la lengua venezolana y, especialmente en el habla zuliana

Es frecuente la comisión de errores en el uso de los pronombres personales, especialmente en las variantes pronominales. Tenemos particular interés en llamar la atención acerca de uno que cada día se hace más frecuente en  la lengua venezolana y, especialmente, en el habla zuliana. Nos referimos al uso de le, les, como suplantación de lo la, los, las en claros oficios de complementos directos. No solo se comete la indebida sustitución, sino que quienes así lo hacen están convencidos de que están hablando con mayor elegancia, con mayor finura, y que, además, lo están haciendo en forma respetuosa, de manera muy educada. Tomemos como ejemplo mensajes comunes con el verbo llamar. Llamar es un natural verbo transitivo, cuya acción transita del sujeto que la ejecuta al objeto que la recibe (seguramente una persona). No se puede llamar sin que alguien quede llamado (complemento directo = caso acusativo, que debe representarse por lo). Caso real: El huésped del hotel que debe viajar muy  temprano y le dice a la recepcionista: -¿Cómo haré, señorita, para levantarme a las cinco de la mañana? Indefectiblemente, la respuesta de la amable recepcionista es: -No se preocupe, señor. Yo le llamo (le = caso dativo, complemento indirecto), en lugar del correcto: Yo lo llamo. Recibimos una tarjeta de invitación, ¿cómo dice? Seguramente: Tengo el gusto de invitarle para… En lugar del sencillo y correcto: Tengo el gusto de invitarlo, si es un caballero; de invitarla, si es una dama.

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La preposición sin, cuyo enfoque iniciamos en la Notícula pasada tiene también la particularidad de que con ella se forman frases preposicionales que acaban sustantivándose, como al decir: Sin sabor, sin razón, sin número, sin vergüenza, que luego escribimos juntas como naturales sustantivos: Sinsabor, sinrazón, sinnúmero, sinvergüenza, etc. Igualmente, cuando se junta con el infinitivo del verbo, vale lo mismo que no con su participio o gerundio: Sin avisar, no avisado; sin saber, no sabiendo; sin tomar, no tomando.

Se utiliza sin para significar: Además de, fuera de, sin contar, quitando, etc.: Llevo tres años en esta empresa, sin los meses de pasantía; Somos cuatro pasajeros, sin  los dos niñitos; Le debemos una cantidad fuerte, sin los dos envíos últimos.

También expresa la condición o el medio: Sin dinero no puedes viajar;  Sin asesoramiento, no es prudente; Sin un guía experimentado, no vale la pena.

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