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Apadrinados por la oscuridad, los dos sicarios ingresaron a la vivienda de Nuris Maribel Chirinos, de 45 años, y la asesinaron a las 8.30 de la noche del pasado viernes en un caserío de la avenida 64 con carretera N, a la altura del sector El Danto, municipio Lagunillas.
Los familiares relataron que cuando comenzó el racionamiento eléctrico, aplicado de 7.00 a 10.00 de la noche, la dama cerró las puertas del pequeño abasto, en su casa. Se encerró en su vivienda junto a dos de sus cuatro hijos y una nieta.
“Solo sabemos por su hija que el teléfono le repicó y ella salió con la nieta en brazos por la puerta del fondo de la casa a contestar la llamada, donde estaba no tenía cobertura y no escuchaba las voces de quienes llamaban. Se trataba de su hermana, quien vive en Fabricio Ojeda”, detalló un allegado, quien por temor a represalias no se identificó.
Mientras avanzaba la conversación, su hija salió y le quitó al bebé de los brazos para que su mamá terminara. En ese preciso momento los homicidas con armas de fuego en mano llegaron a la casa. Se introdujeron por el monte y aparecieron por el fondo de la vivienda.
La hija adolescente de Chirinos gritó, pidió auxilio y uno de los desconocidos la tomó por los cabellos, mientras el otro tomó a la mujer que corría hacia su hija y su nieta. En ese momento sin mediar palabras le dispararon por la espalda.
La mujer quedó tendida en el suelo. Los homicidas se metieron nuevamente en la zona enmontada de la casa y huyeron. Los parientes afirman que la mujer murió en segundos. No dio tiempo de trasladarla a un centro asistencial.
El familiar manifestó su desconocimiento sobre los motivos que pueden existir para asesinar a la mujer de esa forma. Señalaron que Chirinos se dedicaba a la venta de víveres en su casa. Presumen que quien la asesinó sabía que en la casa había una puerta trasera y que podían huir fácilmente.