Los homicidas rondaron un rato la zona antes de llegar a asesinar a Alex Rosales (25) y Jondry Quintero (31) que estaban frente a la casa. La adolescente que acompañaba a las víctimas recibió un disparo en la pierna. La Policía científica maneja el móvil como una venganza por el ensañamiento de los asesinos
Alex José Rosales Rosales (25) y su novia, una adolescente, de 15 años, decidieron visitar a Jondry José Quintero Coronell (31) en su casa, en la invasión 14 de Febrero, calle 1 del sector Ezequiel Zamora. A las 9.00 de la noche estacionaron un carro cerca de ellos. Desde adentro le dispararon a los dos amigos hasta verlos agonizar.
Los amigos decidieron reunirse para conversar un rato el pasado sábado en la noche. La esposa de Jondry no pudo seguir acompañándolos ya que tenía seis días de haber dado a luz. Luego, de dormir a sus hijos y al recién nacido, se acostó, mientras su esposo compartía en el frente de la casa, contó una allegada de la familia. De repente sintió que un vehículo estacionó y a los segundos se escucharon los disparos.
Los gritos de la adolescente hicieron que corriera. Su esposo Jondry estaba en la silla bañado en sangre y Alex a unos metros boca abajo, agonizaba en la acera, trató de escapar. La joven estaba herida en una pierna. De los asesinos no había rastro.
La joven comentó que un auto gris pasó y al llegar a la esquina se regresó, estacionó, se bajó un maleante, con un arma, disparó directamente a los amigos. Con ayuda de los vecinos trasladaron a las víctimas al CDI La Chamarreta, allí certificaron la muerte de Quintero. Los familiares de Rosales y su novia los llevaron a una clínica cercana. Al ingresar murió. A la joven lograron estabilizarla y el mismo día la dieron de alta.
En la morgue, una prima de Alex, contó que desconocía por qué habían asesinado a su pariente. Alegaron no conocer al joven que visitaba. “Conocimos a la madre del otro muchacho anoche en medio de toda esta tragedia”. Su familiar trabajaba como mototaxista y tenía poco tiempo saliendo con la adolescente. Dejó tres hijos y recientemente se había mudado a Altos de Sol Amado.
Los parientes de la segunda víctima estaban desconcertadas. No entendían lo que había sucedido, “todo paso muy rápido”. Quintero era albañil y tenía cinco hijos. Comentaron que ese mismo día había tenido un problema con un vecino. Este le había cortado el servicio eléctrico y Jondry decidió reclamarle. Presumen que podría estar relacionado.
La Policía científica al enterarse de lo ocurrido se trasladó al sitio para realizar las investigaciones pertinentes y dar con los homicidas. Manejan como móvil la venganza, sin descartar algún otro.