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Hace apenas unas semanas celebrábamos 125 años de la creación de la Universidad del Zulia, junto a una comunidad marabina entusiasmada, que nos acompañó desde la Catedral hasta el Panteón regional, donde reposan los restos físicos de nuestro primer rector, el doctor Francisco Ochoa.
Ese júbilo que sentimos quienes llevamos a nuestra casa de estudios en el corazón, lo rememoramos cada 1 de octubre, fecha evocada en la frase: “Después de las nubes, el sol”, inscritas en latín “post nubila phoebus”, en el escudo de LUZ, también creado en 1946.
Ese día es un recordatorio de que para alcanzar la sabiduría y el progreso, es necesario atravesar tempestades, y aprender de ellas, sobre todo después de 42 años de cerrada la universidad, por una decisión arbitraria del Gobierno central.
Imaginamos con entusiasmo ese momento del 1 de octubre de 1946, durante el acto de reinstalación de la Universidad del Zulia, presidido por el Dr. Jesús Enrique Lossada, y entre cuyos asistentes figuraban nombres como el del doctor Manuel Dagnino, y bachilleres como Udón Pérez, poeta y escritor del himno del estado Zulia, entre otras recordadas personalidades.
En esa ocasión, Lossada pronunció las siguientes palabras: “La Universidad debe tener sus lumbres abiertas de par en par a todas las corrientes ideológicas, debe ser tienda de las doctrinas, vivac de la hipótesis, hospedaje de las luces. Solamente habrá de impedir la entrada al dogmatismo, de cualquier índole que sea, porque dogmatismo es intransigencia, rigidez inadaptable a la movilidad real, paro de la investigación y de la crítica, barrera de la inteligencia”.
Ese día, LUZ reabría puertas con tres facultades: Derecho, Medicina e Ingeniería. Hoy, a través de 11 facultades y dos núcleos, hemos visto egresar a más de 200 mil profesionales reconocidos por su calidad dentro y fuera de Venezuela.
Por esa razón y a 70 años de ese ilustre día en la historia zuliana, los universitarios y los venezolanos debemos reflexionar sobre la vigencia de las palabras del rector eterno, la necesidad de seguir trabajando por nuestras instituciones y recordar los ideales de libertad, democracia y pluralidad por los cuales tantos hombres y mujeres han dedicado su vida, dentro y fuera de nuestra centenaria universidad.