A Aurora se le cae la vida con casa y todo

Le escribió una carta al gobernador del estado Zulia, pero se la devolvieron. Pide tratamiento y una casa para sus descendientes 

Las tragedias en la vida de Aurora Boscán, de 65 años, parecen ser infinitas. El bote de aguas blancas que pasa frente a su casa, según ella, es el menor de sus problemas, pues padece de un lipoma canceroso que le impide caminar bajo el sol y que le dificulta pedir dinero para mantener a sus cuatro nietos. Además presenta problemas sanguíneos e hipertensión arterial, además, su casa está decaída debido al deterioro de las paredes.

Camina con un bastón sobre los charcos de agua causados por una tubería averiada que Hidrolago no toma en cuenta. Un bulto en la nuca refleja el cáncer que consume esa parte del cuerpo. Su cabello es corto y canoso, las piernas hinchadas y una cicatriz en la cara, ocasionada por un pedazo de pared que cayó sobre ella, se denota en un rostro que se muestra cansado.  

Aurora vive sola con sus nietos y sale a pedir diariamente para tener algo que comer. “Comemos concha de plátano hervida con arepas”, dice mientras llora y muestra una taza con la comida para ella y los niños. Comenta que “pide porque la pensión no le alcanza para nada” y que nunca pondría a sus nietos a pedir porque es ella que lo debe hacer.

Describe como difícil la tarea de conseguir alimentos debido a la falta de dinero. “La harina la tenemos por un camión de alimentos que saquearon”, explica en alusión a las arepas que comerían ese día. “A veces paso tres días sin comerme ni un pancito”. Añade que la semana pasada solo comió concha de plátano.

Educación desnuda 

Los niños no tienen uniformes para ir a la escuela, por esta razón Aurora ahora pide ropa en la iglesia, pero nunca recibe la ayuda. “No estudian porque no tienen zapatos ni pantaletas”, asevera, al tiempo que muestra cómo cerrar la puerta trasera de su casa para evitar que la vuelvan a robar como en otras oportunidades.

A las 11.00 de la mañana sus nietas de cuatro y 11 años deben estar en las aulas de clases, por el contrario, caminan descalzas en pleno sol marabino por los charcos de agua de la carretera como se tratara de una piscina, mientras visten batas. 

Devuelta 

Al ver su situación, Aurora, escribió una carta al gobernador Francisco Arias Cárdenas, donde pidió ayuda para salir de la crisis que vive. La misiva no fue atendida y se la devolvieron. Explica que al intentar entregarle la carta al jefe del Gobierno regional fue maltratada por un guardia nacional que la empujó por el pecho y le causó un dolor peligroso, si se toma en cuenta que utiliza parches para prevenir infartos. Advierte que ya pasó por tres. 

Su “tragedia” afecta su vida y la de los nietos. Clama a Dios entre lágrimas por una casa nueva y porque mejore todo. Con vigor repite esperanzada: “Si no tengo que comer, no importa, ¡Viva Cristo!”.

Como una fuente 

Aurora Boscán reclama que hace dos meses la tubería madre está dañada e Hidrolago no soluciona el problema, esto impide que llegue agua potable a su casa. “Más orina un carajito que el chorrito de agua que está viniendo”, asegura al ver a los periodistas del diario La Verdad. 

Su casa está deteriorada y hundida en la avenida 14 con calle 89B del sector Belloso, por eso inunda cada vez que llueve. Explicó que cuando “caen tres goticas se le forma un río de aguas negras y aguas blancas en la sala”. 

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