miércoles, diciembre 11, 2024
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A “Chiche Pacheco” le quedan menos de 10 soldados

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El clan criminal de Nervin Pachecho se dedica a la extorsión a comerciantes, robo de vehículos y homicidios en Lagunillas. Las policías tratan de desarticularla. Relacionan la banda con más de 15 muertes violentas en municipios de la Costa Oriental del Lago

Nerwin Gabriel Pacheco Villarroel, de aproximadamente 31 años, es el cabecilla de la banda Chiche Pacheco, junto a sus hermanos “Neudi” y “Tato” lideran una de la tres bandas con mayor fuerza en el municipio Lagunillas y en la parroquia El Danto. 

El apodo de “Chiche Pacheco” suena en los cuerpos policiales del municipio Lagunillas hace casi 14 años cuando se inició en el oficio delictivo. Tiene expediente por dos homicidios que datan desde el 2008. Inicialmente operaba en la parroquia El Danto, pero con el tiempo la banda se organizó y tomó fuerza en zonas adyacentes de la localidad. 

Según vecinos de la zona, su residencia original está ubicada en la casa Tipo A de Ciudad Urdaneta, pero desde que pasó a ser uno de los delincuentes más buscados por la Policía científica de Ciudad Ojeda, se mantiene oculto en zonas fuera de la jurisdicción. Es el noveno en una lista de los 10 más solicitados en la localidad.

Además de las solicitudes, es investigado por guardar relación con 15 homicidios. El delito principal en que se especializan los miembros del clan es la extorsión a comerciantes y residentes de la zona. Al igual que el robo de vehículos y asesinatos. Trabajos que hacían Jeison López, “Garza” (21) y Jarber Fernández “Bebé” (25), piezas claves en la banda. 

Algunos policías aseguran que su capital económico creció gracias a la gran cantidad de personas que cancelan vacunas por mantener su negocio libre de robos, secuestros y hasta familias comunes que intimidan y ofrecen seguridad. Las autoridades piden no pagar, “ya que dan fuerza a las bandas”.

Organización delictiva 

Como toda empresa, la del Chiche Pacheco, tenía su base de operaciones. Por medio de fuentes policiales se conoció que la casa donde ocurrieron los hechos el pasado viernes, funcionaba como la principal. Era un escondite de armamentos, una base de operaciones y lugar donde se reunía el líder y cualquier miembro de la banda al momento que planificaban un asalto. 

La casa era propiedad de Tomás Toro, el “Tomy”, una herencia familiar. Estiman que con la baja de los ocho delincuentes a la banda les queden unos 10 miembros entre ellos, los tres hermanos Pacheco Villarroel y siete gatilleros más.  

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