El hombre que digirió la FVF por 28 años tiene casi tres meses preso en Suiza y Estados Unidos espera su extradición
A Rafael Esquivel, presidente suspendido de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), se le sigue ensombreciendo el futuro por el escándalo Fifa. Al dirigente criollo le detectaron vínculos con ocho casas de alquiler en la zona de Miami, según información publicada por el New York Times.
Dichas propiedades también están en la mira del gobierno federal. Los inmuebles pertenecían a Rafael Esquivel y ahora pasaron a manos de distintas sociedades. Sin embargo, de acuerdo a los ocupantes, el venezolano todavía tiene lazos directos con esas viviendas.
Sandra Cardona, una fisioterapeuta, vive en el desarrollo de la Toscana Villas Lagos en Hialeah, Florida, con su hijo de 10 años de edad en una dirección que aparece en la página 162, de la acusación presentada en mayo.
Asimismo, Cardona recientemente se enteró del enlace de su propietario en la trama de corrupción de gran alcance y se preocupó por el desalojo. “Estaba viendo las noticias una noche y escuché el nombre de Rafael Esquivel”, dijo la inquilina. “Quedé muy sorprendida, porque ese es el nombre que escribo en mi cheque de la renta cada mes”.
Cardona paga mil 400 dólares mensuales a Esquivel por una casa que tiene dos dormitorios y dos baños, la vivienda está valorada en 128 mil dólares, según la oficina del tasador de la propiedad de Miami-Dade.
Esquivel recoge los cheques a su nombre, pero transfirió sus propiedades por 100 dólares cada casa a las sociedades únicas en 2011, una estrategia empleada por los propietarios para limitar su responsabilidad y resguardar la privacidad.
Para el gobierno, los objetivos tangibles son los primeros en encontrar y decomisar. “Es más fácil ir tras los activos físicos en los EE.UU, para ir después por cuentas bancarias en el extranjero”, dijo Mark V. Vlasic, abogado de Derecho Madison y Strategy Group y exjefe de operaciones de la Iniciativa para la Recuperación de Activos Robados del Banco Mundial.
Marc J. Isaacs, abogado especializado en transacciones de bienes raíces residenciales, dijo que eran inusuales dichos movimientos, porque Esquivel no tiene cuentas abiertas con su nombre sobre dichas propiedades.
“Podría ser un descuido, pereza o falta de conocimiento”, dijo Isaacs. “Es raro no tener propiedades a tu nombre pero los cheques para pagar la renta sí. En términos de protección de activos, va en contra del propósito de hacer la transferencia y hace vulnerable a los acreedores, entre ellos el gobierno norteamericano”.