A nuestros estudiantes

Los universitarios de hoy, al igual que ayer, exigen a los gobiernos y a los líderes del mundo otro proyecto de humanidad, libre de los flagelos tremendos de la corrupción

El pasado lunes 21 de noviembre, celebramos en Venezuela el Día del Estudiante Universitario, en conmemoración de aquellos jóvenes, que con gallardía se alzaron en contra del gobierno de Marcos Pérez Jiménez en 1957.

Ese día el conflicto estalló en la Universidad Central de Venezuela y se extendió a otras instituciones, como la Universidad Católica Andrés Bello, donde los estudiantes quemaron, por ilegítima, la Ley Electoral impuesta por el caudillo militar.

La protesta estudiantil avivó el despertar social de un país, cansado de la represión  y dispuesto a girar hacia la opción democrática.

Días previos a la huelga, un grupo de valientes estudiantes de los liceos Fermín Toro, Aplicación, Juan Vicente González, Andrés Bello, Razetti, Caracas y la escuela Miguel Antonio Caro salieron a las calles para expresar su descontento. La actitud heroica de estos adolescentes estimuló a los universitarios a sumarse a la protesta histórica, generando pronunciamientos, comunicados y volantes que se repartieron por toda Caracas.

La mirada indagadora en el tiempo nos trae al presente este pasaje de la historia universitaria venezolana que sigue vivo con  nuevas voces, ideas y protagonismos en la juventud pensante latinoamericana. 

Los universitarios de hoy, al igual que ayer, exigen a los gobiernos y a los líderes del mundo otro proyecto de humanidad, libre de los flagelos tremendos de la corrupción, del mercantilismo arrollador, de las guerras por materias primas, de la lucha armamentista y de la indiferencia ante el padecimiento de las mayorías.

Queridos estudiantes: desde el Vicerrectorado Académico, los invitamos a seguir en la búsqueda y profundización del conocimiento así como fortalecer su compromiso personal, familiar y social para ser hombres y mujeres humanistas, respetuosos, éticos, leales, comprometidos, responsables, disciplinados y con sentido de pertenencia para el bien de nuestro país, conjuntamente con la vocación que escogieron, perfil idóneo que espera obtener como recompensa la nación.

Se sabe que no es fácil la tarea por las dificultades que se tienen que enfrentar a diario, pero con inteligencia, sabiduría, perseverancia y mística de trabajo podrán ser unos profesionales exitosos para el bien de la sociedad. Como lo diría el gran “benemérito de las Américas”, Benito Juárez: “La educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos” ¡Adelante universitarios!.

Visited 23 times, 1 visit(s) today