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Once meses estuvo restringido el tránsito en la alcabala de Paraguachón, el único paso legal en la frontera entre el estado Zulia (Venezuela) y el departamento de La Guajira (Colombia). En la zona desértica del norte de la entidad zuliana, donde habita la etnia Wayuu, se vivió diferente durante el cierre de frontera decretado por el presidente Nicolás Maduro en septiembre de 2015. Hoy el paso será reabierto, a principio solo estará permitido el transito peatonal.
La presencia militar se mantuvo con cuatro mil 200 hombres, distribuidos en 11 puestos de control fijos y brigadas especiales de patrullaje en las trochas. La alcabala del río Limón se convirtió el cuello de botella con el que los uniformados pretendían estrangular a las mafias del contrabando de gasolina y alimentos.
“Lo que pasa por el río Limón, por cualquier camellón de La Guajira llega a Maicao”, dijo Francisco Arias Cárdenas, gobernador de Zulia, el 8 de septiembre de 2015, un día después de la creación del estado de excepción y cierre fronterizo, para justificar las largas colas que se registraban en la entrada a la Alta Guajira.
Los efectivos de la FANB se centraron en los caminos alternos o “trochas”, creados por los contrabandistas para la extracción de la mercancía, desde Sinamaica y la Troncal del Caribe, hasta la zona conocida como el “gran lineal”, donde existe una extensión de aproximadamente 15 kilómetros de terrenos desolados, según reconoció el general Tito Urbano Meleán, para ese entonces jefe de la Zodi-Zulia.
¿Contrabando sin freno?
En tierra zuliana la frontera nunca estuvo completamente cerrada. Por los derechos ancestrales del pueblo wayuu, ellos tenían libre tránsito. Por las condiciones geográficas de la zona, los traficantes tenían la facilidad de crear trochas casi al mismo ritmo en el que la FANB las identificaba y destruía. La venta "ilegal del combustible" no desapareció de la Troncal del Caribe, desde 4 Bocas, en Mara, hasta Paraguachón están visibles los llamados "pimpineros", que venden el litro de combustible entre 350 y 500 bolívares.
El gobernador zuliano insiste en que sí se produjo una disminución en la fuga de combustible desde Venezuela a tierras neogranadinas. “Yo te puedo dar la cifra exacta de la gasolina, porque tenemos una asignación de combustible para el Zulia y el ahorro diario supera los cuatro millones de dólares en fuga de combustible y si en algo ha sido bien efectivo el control de la frontera es en el combustible”, dijo el mandatario en febrero en una entrevista a La Verdad.
Los "buenos" números no se repiten con los alimentos. El mandatario regional admitió a este rotativo que con la comida la historia fue otra y la medida presidencial no evitó que los productos subsidiados por el Gobierno terminaran expuestos en mesas de mercaderes colombianos.
“Tenemos que asumir que en una frontera limítrofe que tiene más de 700 kilómetros, se nos está yendo mucho por las trochas, ¿cómo cuantificar? Tu puedes ir a hacer un trabajo en Maicao y vas a ver los productos nuestros allá… el tema de los alimentos, hasta dónde y cómo es tan amplio, tan variado y son personas llevando de una manera constante, no te puedo dar una cifra”.
Importaciones
El cierre fronterizo tampoco frenó las importaciones de productos de primera necesidad al estado, cuya actividad es promovida y coordinada por el Gobierno regional. Desde mayo, cientos de camiones diarios entran a suelo venezolano cargados de harina de maíz precocida, arroz, azúcar, aceite, jabón en polvo, crema dental, desodorantes, papel sanitario, cauchos y batería para carros. Son 52 rubros que fueron autorizados.
La unidades entraban al estado por trochas o por el peaje principal de Paraguachón, el mismo que ordenó cerrar el presidente Maduro y que hoy abre su paso.
Giovanny Villalobos, secretario de Gobierno, lo confirmó a este rotativo. Precisó que unos 300 vehículos pasan a diario por las trochas en la frontera y custodiado por efectivos de la Fuerza Armada Nacional.
Sin comida
Virgilio Ferrer, diputado indígena de la Asamblea Nacional, lleva de cerca el caso de los derechos humanos en la subregión Guajira. El principal problema para él es las restricciones de los alimentos para las comunidades indígenas, ya que tras la medida de excepción y cierre fronterizo quedó prohibido llevar alimentos al municipio Guajira; el Gobierno asumió el abastecimiento de las familias a través de la venta de alimentos casa por casa.
Ferrer admite que fue “reforzada” la red de abastecimiento de Mercal, pero denuncia que “desde el principio fue insuficiente las bolsitas que le daban al pueblo”. Insuficiente en cantidad de productos y en la frecuencia. “Esas bolsas no llegaban como debían”.
Las dificultades para las familias de La Guajira se acrecientan, a su juicio, “porque la única opción cuando no llega la comida del Gobierno es comprar la comida que revenden en los comercios informales”, a “precio internacional".
El parlamentario documenta más de 40 casos de violación de derechos humanos, entre ellos dos desaparecidos desde el cierre.
Datos comerciales
El cierre de la frontera en Zulia, Táchira y Apure, hizo que la balanza comercial entre Colombia y Venezuela bajara considerablemente. El Gobierno de Venezuela no ofrece estadísticas sobre los índices de importación, exportación e intercambio comercial con Colombia, pero el de su par colombiano si hizo públicas algunas cifras de interés.
En una reseña de prensa de la Cámara de Integración Económica Venezolana Colombiana (Cavecol), se publica los datos aportados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística colombiano (Dane):
Deudas de Maduro con La Guajira
El 7 septiembre 2015, junto con el decreto de estado de excepción y el cierre fronterizo, el presidente Nicolás Maduro hizo varios anuncios para el pueblo de La Guajira. Algunos quedaron en promesa, otros se cumplieron a medias y los relacionados con la educación y la alimentación son imposibles de corroborar por no tener acceso a la fuente oficial.
X 280 millones de bolívares para el Hospital Binacional de Paraguaipoa. “El hospital sigue en condiciones deplorables”, dijo el diputado Virgilio Ferrer.
X 19 buses para la ruta trans-Guajira. Transeúntes de La Guajira aseguran que las unidades solo funcionaron dos meses con una única ruta, desde el río Limón hasta Paraguachón.
¿? 5.558 familias incorporadas al plan de Mercal casa por casa, para el abastecimiento de la comida en La Guajira.
¿? Incremento de rubros de mercal casa por casa, teniendo como referencia que cada unidad familiar está integrada por ocho personas en promedio.
¿? Rehabilitación de 150 escuelas y 26 simoncitos en La Guajira.
¿? 1.900 becas escolares y 1.660 Canaimitas para niños de la Alta Guajira.
HORA DE APERTURA
De: 6.00 de la mañana.
A: 9.00 de la noche.
Voces
Franklin Michelt. Jubilado. “Esto sí va a solucionar la situación porque ahora el paso será binacional. Se va a activar el comercio porque dejarán pasar a la gente. Creo que el 'bachaqueo' va a bajar. Poco a poco lo irán eliminando”.
Lisbeth Portillo. Licenciada en Biología. “Me parece bien. Podemos ir a buscar comida y medicamentos allá. La solución a la crisis no es la frontera. Esto se arregla con producción nacional. El presidente Maduro tiene que ponerse las pilas”.
Hendrick Montiel. Estudiante de Medicina. “La corrupción y el Gobierno son los únicos que se han beneficiado con el cierre. Ahora, podemos conseguir los productos allá, pero que apliquen algo que estabilice el valor del peso con el del bolívar para que a la gente le alcance”.
Agustín Gutiérrez. Jubilado. “Eso debe seguir cerrado. Es más, deben hacer una pared. No creo en la reapertura porque eso facilitará que se lleven los pocos productos que tenemos. A los colombianos les resulta comprar aquí. A ellos les sale más barato”.
Ana Hernández. Ama de casa. “Los que se van a beneficiar más son los comerciantes y los contrabandistas. Sería como una guerra por la alimentación entre Venezuela y Colombia, porque de allá traen para vender caro aquí, y de aquí se lo llevan para allá”.
María Fuenmayor. Ama de casa. “Está muy bien. Tengo familia en Colombia y por culpa del cierre me he visto obligada a viajar por trocha. Los carritos cobran hasta 12 mil bolívares. Además, iba con temor. Los guardias son los que se vieron beneficiados con el cierre”.