Acabaron con la tradición navideña

Son criminales los daños causados a los venezolanos, pero como estamos a las puertas de las celebraciones de Navidad y fin de año, han hecho lo peor

 

Este régimen de miasma que instauró ese ser atormentado que preside Nicolás Maduro, bien se le puede atribuir el título de un populachero merengue dominicano, El barbarazo, porque “acabó con too”.

Acabó con la tradición de la familia de escoger un día a la semana, o quincenal, para ir de compras y aprovisionarse de los alimentos en cantidades y variedades, así como de enseres de uso personal y otros rubros que abarrotaban las estanterías de esos centros de compras.

Hoy no vale la pena ir de compras, con la esposa y hasta los hijos más pequeños, porque ya no se pueden llevar los pollos que a uno le viniera en ganas (ni siquiera uno), mayonesa, pastas alimenticias, harina PAN, harina de trigo, leche en polvo o líquida, arroz, aceite comestible, azúcar, mostaza, salsa de tomate, caraotas, frijoles, arvejas, champú, jabones de baño, afeitadoras, lociones o colonias para los niños y jovencitos, jabón de lavar, papel sanitario, si no es haciendo unas monumentales colas, en medio del abrasador sol y en las condiciones más inhóspitas que se pueda imaginar.

Acabó con la tranquilidad de los padres de familia, y de los hijos también, nos han dejado una escasez de medicamentos que ronda el 70 % y obliga a turismear por distintas farmacias para completar la receta.

Son criminales los daños causados a los venezolanos, pero como estamos a las puertas de las celebraciones de Navidad y fin de año, han hecho lo peor: nos han quitado la tradición de comprar los estrenos de la familia, especialmente los niños porque ya los adultos nos conformamos con lo que sea, los juguetes, y hasta las hallacas, las macarronadas y otros alimentos y elaboraciones especiales, como dulces y manjares, propios de esta época.

El bolsillo de la mayoría, ya no da ni siquiera para alimentarse medianamente. Aquí hay mucha gente que  está pasando necesidades, mucho menos para comprar los estrenos navideños con unas menguadas utilidades  que recibe el trabajador, cuando un pantalón y una camisa se llevan el monto recibido, si es que no lo tenía comprometido para pagar la deuda adquirida para la compra de los útiles y uniformes escolares. 

Este barbarazo es el que vamos a castigar el próximo 6 de diciembre a punta de votos, en medio de la más larga cola de venezolanos, esperando el momento de tomar venganza contra quien nos llevó a esta catástrofe.

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