La Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat alerta sobre la vulnerabilidad de los diques de protección construidos en la Costa Oriental del lago de Maracaibo, región que incluye las poblaciones de Cabimas, Tía Juana, Ciudad Ojeda, Lagunillas y Bachaquero, y la cual es responsable del entre 65 % a 70 % de la producción nacional de petróleo.
A través de un comunicado advierten de un riesgo de desastre de importante magnitud, en el caso eventual de colapso de las secciones de este sistema de protección.
Explicó la Academia en el documento público que la extracción de crudo en la cuenca petrolera de Maracaibo ha originado un fenómeno denominado subsidencia, que se caracteriza por un hundimiento progresivo del terreno.
Tal efecto obligó, en el año 1932, a iniciar el proyecto y construcción de un sistema de protección conformado por diques de contención de tierra, debidamente diseñados, con fines de prevenir situaciones de inundación en las áreas ocupadas por la población y por la actividad petrolera.
Actualmente, las instalaciones petroleras y amplias zonas habitadas, están ubicadas a unos 5 a 6 metros por debajo del nivel del lago, en extensión aproximada a unas 11.300 hectáreas y con una población alrededor de 100.000 habitantes.
Por estas razones, señala la Academia, es de extrema importancia, el seguimiento y monitoreo detallado de los diques de contención existentes para sus modificaciones geométricas y técnicas correspondientes.
“El efecto de subsidencia se ha manifestado con la presencia de grietas en la superficie, tensiones en las juntas de las planchas que conforman los tanques de almacenamiento de petróleo, desniveles y saltos en los muros de contención construidos alrededor de esos tanques, desplazamientos verticales de hasta 20 centímetros en los patios de tanques, evidencias de desplazamientos horizontales y deformaciones en los indicados tanques con ovalización de su forma cilíndrica, y ha modificado en general el patrón natural de drenaje”, afirmó la Academia en el comunicado.
Igualmente, acotan que ha habido emanaciones y explosiones de gas y volcanes de barro, de hasta ocho metros de altura.
Destacaron que por sus características, la subsidencia y sus efectos configuran una problemática de alta complejidad geológica y geotécnica. Desde el punto vista geológico regional, la costa del lago de Maracaibo está controlada por fallas geológicas, principalmente por la falla de Icotea, “en cuya traza se han estimado desplazamientos del orden de 10 metros en los últimos 1.000 años, y por la falla de Pueblo Viejo igualmente clasificada como activa, cuyas eventuales deformaciones permanentes de origen cosísmico, pudiesen afectar la integridad del sistema de diques de protección de la COLM”.
Desde el punto de vista geotécnico, además del seguimiento al proceso de hundimiento del terreno, se requiere analizar y garantizar la estabilidad de los diques bajo condiciones estáticas y sísmicas, considerar la presencia de arcillas dispersivas susceptibles a procesos erosivos, la existencia de diatomitas susceptibles a asentamientos súbitos, y evaluar la potencial licuación del subsuelo ante la ocurrencia de un sismo.
“Las consecuencias desastrosas de la eventual ruptura de sectores de los diques costaneros, lo cual implicaría cuantiosas pérdidas humanas y económicas, y al considerar informaciones confiables en cuanto a que la red sismológica instalada no está activa desde hace unos 15 años, y que el sistema de monitoreo de los diques está inoperativo, han motivado a la Academia Nacional de la Ingeniería y Hábitat a elaborar la presente declaración”.
En este sentido, los expertos consideran primordial, entre otras actividades, mantener una efectiva gestión del riesgo, tanto para el seguimiento del comportamiento de los diques de contención, como para el manejo de las aguas lacustres, fluviales y pluviales, y el mantenimiento en óptimas condiciones de la red de canales de drenaje.
Dicha gestión debe ser orientada a identificar amenazas naturales, antrópicas y electromecánicas, analizar vulnerabilidades, cuantificar la implementación de nuevas medidas de protección, establecer niveles de riesgo aceptable y definir estrategias de actuación, todo con el fin de anticipar la ocurrencia de eventos y proponer medidas de mitigación ajustadas a las características individuales de cada zona (Tía Juana, Lagunillas y Bachaquero).
La Academia hizo un llamado a la Gerencia de Diques y Drenajes de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y a todos los organismos con competencia en la materia, en cuanto a la necesidad de informar a todos los habitantes del área, sobre las acciones que se han tomado hasta la fecha con los resultados correspondientes y aquellas actividades que están en pleno desarrollo, incluyendo la programación de nuevas acciones orientadas a minimizar los riesgos del área que, por sus características, debe ser clasificada como de alta vulnerabilidad.
“La Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat ratifica su voluntad de asistencia en lo que sea apropiado para la implementación de las recomendaciones propuestas, y reitera su disposición de colaborar, amplia y desinteresadamente, con las autoridades y demás sectores del país, en la definición y formulación de políticas públicas, planes y propuestas en beneficio del progreso general de Venezuela”.
Fuente: TalCual.