Dos crímenes se han reportado en la localidad en 12 horas. En ambos casos la Policía se inclina hacia el ajuste de cuentas y la venganza, sin descartar otras hipótesis
Los hombres que asesinaron a Antonio Ramón Machado, de 32 años, llegaron a bordo de una lancha. Eran dos. Orillaron la embarcación, se bajaron con una pimpina y caminaron hasta la estación de servicio de Punta Iguana. Hicieron creer que irían a abastecerse de gasolina, pero no fue así. Un mensaje de texto los alertó que su objetivo esperaba el turno para llenar el tanque del camión 250 que conducía.
Cerca de 15 disparos en la cabeza recibió Antonio. Su muerte se registró a las 6.00 de la mañana de ayer, en el sector Punta Iguana, en el municipio Santa Rita. Los testigos dijeron que la víctima trató de correr para salvar su vida, pero igual lo alcanzaron las primeras balas. Al caer en el pavimento sus verdugos lo remataron y huyeron vía lacustre. Los familiares se negaron a rendir declaraciones a la prensa.
Antonio se desempeñaba como administrador de las camaroneras Los Morales, quienes residen en Puerto Escondido. Trascendió que su muerte es gracias a la rivalidad que existe entre los miembros de esta familia con los Meleán que habitan en Punta Iguana.
Los funcionarios del Cuerpo de Policías del Estado Zulia resguardaron el área hasta llegar los de la Policía científica. El móvil que cobra mayor fuerza es el ajuste de cuentas. Es el segundo muerto que ocurre en Santa Rita, en menos de 12 horas. El primer deceso es el de Niecer Peralta, de 52 años, justo cuando estaba frente a su casa en la urbanización Viviendas Venezolanas, sector Puerto Escondido del municipio Santa Rita.