El homicida se hizo pasar por cliente para luego sorprender a Juan Carlos Hernández a tiros. La Policía científica maneja el caso como venganza
El homicida de Juan Carlos Hernández Hernández, de 39 años, apodado "Arremendao", llegó en moto como cliente al pulilavado donde estaba su objetivo. Esperó hasta que su víctima se descuidara y le dio cinco tiros para luego huir en una bicicleta. Los policías aseguraron que la víctima era un "informante" de la Policía municipal de San Francisco.
En el pulilavado Brillo Car, del sector Los Estanques, se presentó el "Arremendao" en una camioneta Jeep Grand Cheeroke Laredo, verde. Los gamuzeros comenzaron a lavarla y este conversaba por mensajes desde su celular. Su verdugo llegó en una moto MD Cóndor azul que estacionó cerca de la puerta.
El alto volumen de un equipo de sonido de un vehículo aminoró las detonaciones. El asesino aprovechó que Juan Carlos no estaba atento y a las 10.20 de la mañana de ayer, se le acercó, y sin mediar palabras le disparó. Dos proyectiles perforaron su rostro y el resto de su cuerpo.
El delincuente corrió hasta su moto para huir pero esta no encendió. "En la salida se robó una bicicleta y llegó hasta la esquina de la calle. Allí se bajó y siguió su escape a pie", dijo un testigo. El cuerpo de Juan, quien vestía una bermuda negra, franela amarilla y sandalias de cuero, quedó boca abajo sobre un charco de sangre.
Los detectives de la Policía científica levantaban la escena del crimen, mientras que el frente del lugar estaba repleto de curiosos y familiares. A las 11.50 llegó el jefe de Homicidios del equipo detectivesco y dirigió las acciones. Funcionarios de Polisur se hicieron presentes para certificar el hecho.
La viuda de Hernández abrazaba a una pariente y le preguntaba "¿ahora qué voy a hacer, mataron al padre de mis hijos?". Seguidamente aseguraba que lo miró al rostro pero estaba irreconocible, agregó que los testigos la llamaron porque la víctima, durante su agonía, dijo que le avisaran a su esposa, les dictó el número celular y falleció.
Tras las investigaciones criminalísticas, llegó Arlexis Hernández hija de Juan, contó que su padre tenía año y medio sirviendo para Polisur, vivía en Altos del Sol Amado, con su abuela y esposa, y dejó seis hijos. La furgoneta de la Policía científica trasladó el cadáver hasta la morgue de LUZ para la necropsia de rigor.