Acribillan a madre e hija en la sala de su casa

Los familiares esperaban los cadu00e1veres en las fueras de la morgue forense. (Foto: Josu00e9 Gil)

Dos sicarios dispararon unas 27 veces en contra de Ana Mireya Villalobos Villalobos (59) y Sikuy Coromoto Suárez Villalobos (33). Hasta ahora no hay rastro de ellos. El crimen se investiga como una venganza. Relacional el doble asesinato con el contrabando de combustible en la frontera y con una deuda a una banda, informó la Policía

Dos sicarios ingresaron en la vivienda de Ana Mireya Villalobos Villalobos (59) y de su hija, Sikuy Coromoto Suárez Villalobos (33); dispararon unas 27 veces en su contra y huyeron del callejón El Cucharo, en el sector El Líbano, parroquia San Rafael de El Moján del municipio Mara. La Policía investiga el crimen como una venganza por el contrabando de gasolina.

Marleny Villalobos, pariente de las víctimas, recordó que las dos estaban reunidas en la sala cuando llegaron, el pasado lunes a las 8.00 de la noche, los dos desconocidos. Estacionaron su motocicleta a fuera e irrumpieron en la casa. Amenazaron a los cuatro familiares que las acompañaban y las asesinaron.

Ella escuchó las detonaciones a lo lejos y corrió hacia la residencia vecina. En la distancia vio a un hombre delgado y alto y a otro moreno y corpulento huir con sus armas de fuego arriba. Esperó unos segundos y luego siguió su camino. Al atravesar la puerta encontró los dos cadáveres en la sala. Ana tenía unas 15 heridas de bala y su hija unas 12. Ambas agonizaron frente hasta sus seres queridos hasta fallecer.

En las afueras de la morgue forense esperaban tres parientes de las víctimas vestidos de negro. La hermana mayor de Ana lloraba, mientras que la tía de Sikuy explicaba que su sobrina comercializaba  gas y gasolina en Colombia y su hermana se dedicaba a atender a sus nietos e hijos, poco salía de su casa. Acaban de regresar a su hogar cuando las acribillaron.

La Policía investiga el doble crimen como una venganza entre contrabandistas de combustible. La banda que opera en la frontera entre Venezuela y Colombia contrató a los asesinos para ejecutarlo. Se habla de una deuda entre Suárez y su líder, pero esa hipótesis aún no se corrobora, detalló un oficial.

Villalobos defendió la reputación de sus parientes y negó que su asesinato esté relacionado con el oficio de su sobrina. Tampoco se trata de un robo, porque los criminales no se llevaron las pertenencias. Denunció que los cuerpos de seguridad no patrullaron de inmediato para buscar a los criminales. 

 

 

 

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