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Los asesinos lo atacaron a escasos metros de su residencia. Los desconocidos le dispararon al menos 20 veces a Eduardo Luis Nava Donaldo, mototaxista de 26 años, cuando regresaba a su casa luego de comprar la cena. Los homicidas huyeron sin que los vecinos de la calle 33 del barrio Negro Primero, en San Francisco, vieran sus rostros.
Betzabeth Romero, pareja del occiso, contó que su esposo salió a buscar comida rápida en un establecimiento a unos 100 metros de la casa. A eso de las 10.30 de la noche del pasado domingo escuchó las detonaciones. Corrió a una habitación con sus cuatro hijos y los abrazó. Esperó unos minutos antes de salir de la casa.
La mujer al recordar que su marido estaba en la calle, se asomó. En la vía pública, a unos 10 metros de la vivienda, encontró a Nava. Con ayuda de unos vecinos lo trasladaron en una motocicleta al Hospital Manuel Noriega Trigo. Ingresó en estado crítico. Agonizó en la emergencia hasta las 11.00 de la noche, cuando los médicos le notificaron el deceso a sus parientes.
La familia presume que se resistió al robo. Sus atacantes se llevaron su reloj, la cartera y el teléfono celular. La Policía científica corrobora la versión, puesto que la víctima presentó una veintena de heridas de bala. Hasta ahora no descartan ningún móvil.
Audrey de Nava, madre de la víctima, describió a su hijo como un muchacho muy alegre, bromista, «guachafitero» y muy buen padre. Juró que desconocía los motivos del crimen, tampoco sabía quién pudo quererlo matar. Sus vecinos le dijeron que no vieron nada. Pidió justicia y una investigación profunda.