Los vecinos y transeúntes escucharon ayer, a las 4.00 de la tarde, las detonaciones. Se acercaron para auxiliar al baleado, pero ya no respiraba. Su rostro sangraba, cayó de frente y estrelló su cara contra el pavimento
El rostro del asesino no lo distinguió ninguno de los testigos. La velocidad con que disparó su pistola le permitió escapar en segundos de la avenida principal del sector Carlos Andrés Pérez, municipio Colón. Como evidencia de su actuación quedó el cadáver de Mervin Enrique Briceño, de 50 años, en la carretera. Acribilló a su víctima sin verlo a la cara, todas las heridas las presentó en la espalda.
Los vecinos y transeúntes escucharon ayer, a las 4.00 de la tarde, las detonaciones. Se acercaron para auxiliar al baleado, pero ya no respiraba. Su rostro sangraba, cayó de frente y estrelló su cara contra el pavimento. Entre los curiosos, buscaron una sábana y taparon el cuerpo mientras llegaba la Policía.
La víctima vestía pantalón gris y suéter blanco con rayas grises. Los paramédicos del Cuerpo de Bomberos llegaron primero que las comisiones de la Policía científica, revisaron al occiso y lo identificaron. Briceño era hermano de uno de los rescatistas.
Los familiares comentaron que Mervin se dedicaba a la pesca y laboraba en un restaurante, a la orilla del río, residía en el sector La Independencia con sus parientes. Se desconoce hacia dónde se dirigía cuando lo mataron.
El cuerpo permanece en la morgue del Hospital General de Santa Bárbara. La Policía se inclina a la venganza como móvil del homicidio, sin descartar otras hipótesis.