Adviento

Los venezolanos vivimos una tragedia sin precedentes, signada por lo que todos sabemos: ineficiencia, corrupción, desastre de la economía, de la política, de la sociedad. Estamos en manos de un Estado que no cumple con los mínimos asuntos de su competencia

El adviento marca el inicio del año litúrgico cristiano y es el tiempo de preparación para el nacimiento del Niño Jesús. Desde mi perspectiva, los momentos más importantes de la fe cristiana son estos, el nacimiento de Jesús, porque refleja que el amor de Dios por los hombres lo llevó a encarnarse; la muerte de Cristo, porque constituye un acto de entrega sublime, murió por nosotros; y su resurrección, que es la demostración de que solo Dios vence la muerte. Entonces el adviento es tiempo de esperanza, de alegría, de ilusión, es momento de preparación para recibir con todos los sentidos, la buena noticia.

Estoy seguro de que muchos dirán que la situación que vive Venezuela nos dificultará concentrarnos en la Natividad del Señor. Y tienen razón. Los venezolanos vivimos una tragedia sin precedentes signada por lo que todos sabemos: ineficiencia, corrupción, desastre de la economía, de la política, de la sociedad. Estamos en manos de un Estado que no cumple con los mínimos asuntos de su competencia. Es este un Estado que se desintegra y en el que lo único que funciona es la represión, que busca contener el legítimo reclamo de una sociedad que está cansada de vivir sin libertad, con hambre, en la miseria, sin protección de la salud, sin servicios públicos, sin trabajo, sin poder adquisitivo, sin oportunidades, sin presente.

Ahora, sin dejar de afirmar que todo lo descrito es cierto y constituye no un análisis exhaustivo, sino una pequeña muestra de las calamidades que vivimos, es necesario que en este tiempo de espera, asumamos que todo mal tiene su fin y que nuestra lucha debe concentrarse en lograr que esta tragedia se acabe y que se abra paso al renacimiento de esa patria que todos queremos: la Venezuela de las oportunidades, en la que cada uno de los ciudadanos, con responsabilidades de gobierno o no, debe aportar su concurso en la construcción de un país de progreso y bienestar, en el que todos tengamos la convicción de que con nuestro estudio, nuestro trabajo y nuestro emprendimiento, podremos sacar a nuestra familia adelante y, al hacerlo, estaremos aportando nuestro grano de arena para que pase lo mismo en toda la nación.

Quizá la palabra clave en este tiempo de adviento es la palabra esperanza. La esperanza no es desconocimiento de una realidad, esa que vivimos y sufrimos todos los venezolanos. La esperanza es una actitud signada por el optimismo, por la sana expectativa de que vendrán tiempos mejores, por la convicción de que siempre el bien triunfa sobre el mal. En mi caso, estoy convencido de que saldremos de esta situación y que debemos estar preparados para seguir luchando y para -en el momento en que logremos el cambio político- trabajar dando cada uno el aporte que corresponda, para lograr la Venezuela que todos tenemos en nuestra mente y en nuestro corazón. Nunca jamás podemos perder esa esperanza que está basada en la certeza de que nuestras fuerzas y las de quienes en la comunidad internacional nos acompañan, tendrán la capacidad de producir el cambio y la reconstrucción.

En este momento, quienes tenemos un rol dirigencial estamos concentrados en tres asuntos sumamente importantes, pero que tienen orden de precedencia. En primer lugar la liberación, que es nuestro objetivo crucial en estos tiempos: sacar del poder a Nicolás Maduro y a todo el modelo que representa. Es el fin de la dictadura, anhelo de la gran mayoría de los venezolanos. En segundo lugar, la transición a través de la cual buscaremos la restitución del orden constitucional y el rescate económico y social del país. Y en tercer lugar, la construcción de un gran plan de gestión, consensuado, para aprovechar cada minuto de la gestión que suceda a esta desgracia en la lucha por la reconstrucción de nuestra Venezuela. Que Dios nos acompañe a todos en esos momentos cruciales de la historia de nuestro país.

 

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