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A una semana de la puesta en marcha de la segunda fase del plan de vacunación, que prioriza la aplicación de dosis contra la difteria, solo se sabe que 413 mil vacunas fueron aplicadas a 356 mil 711 personas, según informó Luis López ministro de Salud, en entrevista publicada el pasado sábado en el diario Ciudad Caracas.
Esa cantidad de vacunas apenas cubrió 10 por ciento de la primera dosis que requieren al menos tres millones 500 mil de niños y adolescentes, entre uno y 20 años, que se estima están en riesgo de contraer la enfermedad por no vacunarse o no completar su esquema de inmunización desde 2016, señaló José Félix Oletta, médico internista y miembro de la Red Defendamos la Epidemiología.
El especialista aseguró que el plan de vacunación, que el despacho lanzó trascurridos 17 meses de la reaparición la difteria en el país, no garantizará los refuerzos que deben aplicarse a las personas que no recibieron protección contra la infección. “Las dosis no son suficientes”.
La difteria, enfermedad eliminada en Venezuela en 1992, se previene con la aplicación de la vacuna pentavalente y toxoide diftérico tetánico. El esquema de inmunización establece que a los niños se les debe administrar cinco dosis para prevenir la infección, desde los dos meses de nacido hasta los cinco años. El refuerzo con toxoide diftérico tetánico se aplica después de 10 años de la última dosis. Si la persona nunca recibió vacunas, debe colocarse tres dosis de toxoide diftérico.
El exministro de Salud apuntó que para completar el esquema de los tres millones y medio de niños y adolescentes se requerirían de cerca de 10 millones 500 mil vacunas, que es producida por un bacilo que se aloja en la garganta y produce, entre otros síntomas, fiebre alta, faringitis y amigdalitis agudas y la formación de una membrana grisácea a nivel de la faringe.
Frente a la poca disponibilidad, Oletta cuestionó que el Gobierno no informe sobre el destino de los 7,7 millones de vacunas toxoide diftérico-tetánico que el Ministerio de Salud adquirió para vacunar durante 2017, a través del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La baja cobertura en la aplicación de vacunas es la razón de peso que cobra fuerza entre los especialistas para justificar el resurgimiento de la difteria.
Fallas
El ministro de Salud lanzó el 6 de noviembre la segunda fase del plan de vacunación de 2017 en el que se priorizó la inmunización contra la difteria en nueve estados del país, donde se registraron casos con la enfermedad. La estrategia también incluyó la aplicación de dosis contra el sarampión, cuya epidemia tiene cinco meses de haber reaparecido en Venezuela. Para la ejecución de las jornadas, el Ministerio de Salud distribuyó más de nueve millones de dosis que serán administradas hasta el 20 de noviembre en nueve mil puntos desplegados en todo el territorio nacional.
Los médicos de la Red Defendamos la Epidemiología señalan que el plan de inmunización dejó cabos sueltos. El ministro de Salud no informó el criterio para priorizar la vacunación masiva en los nueve estados, cuando se maneja que la epidemia, en tan solo un año, se propagó a 21 entidades del país; no aclaró el número preciso de vacunas a aplicar a aplicar, sin especificar cuántos biológicos previenen contra la difteria y cuántos contra el sarampión; no explicó el mecanismo de distribución de las vacunas ni especificó el número de personas a inmunizar, según el grupo de prioridad que lo que integran niños, mujeres embarazadas y adultos mayores.
“Las nueve millones de dosis si se aplicaran a la población de Carabobo, que no se priorizó a pesar de registrarse casos sospechosos y fallecidos, faltarían más para cubrir a la población, entendiendo que está entidad tiene 4 millones de habitantes que deberían vacunarse”, ejemplificó Oletta.
La otra debilidad de la jornada de inmunización es el corto tiempo. El exministro de Salud, Rafael Orihuela, precisó que el Ministerio de Salud no logrará frenar la epidemia de difteria en dos semanas. “En ese tiempo, lo único que puedes hacer es un barrido del primera dosis, pero, en teoría, deben priorizarse a los niños entre uno y 12 años para protegerlos con la primera dosis y, luego, a los meses siguientes con las otras vacunas”, indicó.
Orihuela precisó que la campaña de vacunación debe extenderse hasta seis meses y garantizar, al menos, 14 millones de vacunas para inmunizar a los niños menores de siete años. “No puede pretenderse que en dos semanas se van a aplicar todas las dosis. La campaña debería extenderse hasta marzo para cumplir con los refuerzos. No se trata de aplicar una dosis y, luego, dejar a la gente esperando el refuerzo. Si no se aplican la segunda ni tercera dosis, el esfuerzo se perdería ni se podría hablar del cumplimiento de un cobertura completa”, reseñó El Pitazo.