Agotamiento generalizado

El régimen comunista y el Psuv están ahogados por sus limitaciones, por su pasado y por su presente. Incapaz de afrontar el rechazo ciudadano que les acorrala

El término agotado, según la RAE tiene dos definiciones: 1.- Hacer que una cosa material o inmaterial acabe o llegue a su fin; se puede considerar, asimismo que esté acabado, gastado, destruido, consumido, malparado. En este caso, podemos afirmar se encuentra el régimen comunista; sobre todo en el campo de la ética porque la corrupción es el ángel de la cofradía del Psuv y es a la vez, la filosofía de acción del Estado desde el punto de vista estructural. 

El régimen ha llegado al límite, no tiene nada nuevo que decir y se limitan a repetir la cantaleta del difunto que engañó a los venezolanos. El régimen comunista y el Psuv están ahogados por sus limitaciones, por su pasado y por su presente. Incapaz de afrontar el rechazo ciudadano que les acorrala; se mueven en el terreno irreal de la del engaño, de las medias palabras o del truco propagandístico; no tienen más remedio que creerse que eso va a funcionar o porque esa es la manera de alimentar a los ingenuos e ignorantes, que constituyen la maquinaria partidista, en la que todo el mundo cobra quince y último, o en cualquier misión.   

La otra consideración de la RAE sobre el término agotado, 2.- Cansado, exhausto, fatigado, reventado, baldado, hecho papilla. En esta concepción nos encontramos los venezolanos; no hay descanso en la lucha por conseguir los productos de la cesta alimentaria, la lucha es titánica y lamentable; más del 85 por ciento de los venezolanos consume hoy menos comida que hace 16 años atrás; es decir, hoy existe de manera tangible en esa misma proporcionalidad: desnutrición y pobreza crítica. Es un agotamiento generalizado: colas de más de seis horas en un supermercado; buscar la leche materna y los pañales crispan los ánimos; andar de farmacia en farmacia para conseguir un medicamento; las colas para tanquear; el transporte público de baja calidad y los pocos que existen están parados por repuestos, cauchos, baterías y además una hiperinflación que está acabando con la clase media.

Si algo ha quedado claro, es que la sociedad venezolana se cansó. El 6-D será fecha histórica; el reto de cambio lo afrontaremos llenos de ilusión. Somos nosotros y no el Estado forajido en el poder, quienes debemos decidir sobre nuestro futuro, sobre qué estados políticos y jurídicos queremos; sobre el modelo económico que queremos fomentar; qué tipo de sistema público queremos y qué servicios sociales queremos. Votando combatimos la trácala y a los tracaleros. 

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