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El desagradable olor invade el lugar y cada día se expande más el bote, por lo que los afectados esperan reparen el colector que cedió y que por falta de inversión genera más daño a la colectividad.
Y es que el agua estancada ha generado daños en la carretera, el asfalto se corroe y afecta a los conductores de las líneas de transporte público y a particulares. Genaro Villalobos, chofer de la línea Cabimas-Lagunillas, señaló que al día es común que usa la ruta al menos dos veces, pero no le gusta, precisó que su vehículo sufre daños porque con el agua pierde la visibilidad de los huecos y cae en ellos, además el olor penetra en la unidad.
“Uno de cierta manera se acostumbra a pesar de que es imposible no quejarse, pero es hora de que haya inversión y reparen lo que está malo porque a diario somos unos mil carros que circulamos por el bulevar, sino es que son más”.
Problema de salud pública
Los vecinos también temen un problema de salud pública por los olores, proliferación de insectos y la contaminación permanente a la que están rodeados. Carolina Paz, reside en una calle paralela a uno de los botes de aguas residuales y, señaló que tienen que barrer el agua y limpiar con creolina los frentes de las viviendas para minimizar el olor.
En el bulevard según la dama ha disminuido la frecuencia de familias que llevaban a sus hijos al lugar de esparcimiento. “Los fines de semana el parque de niños estaba lleno, ahora son pocos los que se atreven a traer a sus hijos para no exponerlos, le están restando más bien el uso del bulevar”.
RESPUESTA
Representantes de la Alcaldía en respuesta alegaron que un equipo de la estación bombeo Casco Central II está dañado, por lo que no está operativa. Esperan que en una semana el taller donde se encuentra la unidad en mal estado retome sus labores, le hagan mantenimiento y la entreguen a la dirección de Aguas y Drenajes para su instalación y cesar el desbordamiento.