Creo que están dadas las condiciones para que los zulianos retomemos el viejo y deseado proyecto separatista de declarar la república independiente del Zulia, en la seguridad que el régimen no va a impedir su realización, y va a atender la decisión de separarnos de Venezuela
Luego de ver y escuchar a Nicolás Maduro, todo compungido por la “represión brutal” de las fuerzas de seguridad españolas, para evitar el referendo separatista promovido por los comunistas españoles en Cataluña. Creo que están dadas las condiciones para que los zulianos retomemos el viejo y deseado proyecto separatista de declarar la república independiente del Zulia, en la seguridad que el régimen no va a impedir su realización, y va a atender la decisión de separarnos de Venezuela, para declararnos como un nuevo país dentro del concierto de naciones.
Cuando este cronista vio a un Maduro apesadumbrado por los heridos catalanes que enfrentaron a la policía española, pensó que por fin Nicolás aprovecharía la ocasión, luego de su silencio sepulcral sobre los más de 120 muertos ocurridos a manos de fuerzas militares y policiales, así como de los colectivos paramilitares armados ilegalmente por el régimen, durante las manifestaciones pacíficas de los estudiantes venezolanos.
En verdad creí que iba a condenar la muerte de David José Vallenilla, estudiante que toda Venezuela y el mundo vieron cuando caía asesinado por un disparo a quemarropa, por un efectivo militar desde el cercado que protege esas instalaciones militares.
Creí, inocentemente, que Maduro también condenaría la muerte de Jairo Johan Ortiz Bustamante, joven de 19 años, quien recibió un tiro en el tórax por parte de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) cuando protestaba en Montaña Alta, estado Miranda.
La lista de asesinados durante la represión de Maduro contra las protestas en Venezuela, es demasiado larga para detallarla, sin embargo nunca condenó esos hechos brutales. Fueron más de 120 venezolanos presidente Maduro, que cayeron asesinados, cerca de cinco mil heridos, miles de detenidos, buena parte de los cuales continúan presos, torturados cuyos casos hoy, junto con los crímenes, son tratados en tribunales internacionales como delitos de lesa humanidad y por los cuales, tarde o temprano, tendrán que pagar.
Este venezolano que aquí escribe, presidente Maduro, lo quiere ver a usted condenando, con la misma pasión, las muertes, los heridos, las torturas y las detenciones ilegales ocurridas en Venezuela a manos de los militares, como lo ha hecho con unos heridos en Cataluña. Sí lo vi condecorándolos por sus brutales actuaciones. En consecuencia, propongo que iniciemos la lucha por la separación del Zulia para declararnos República independiente