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Sin ninguna duda estamos viviendo tiempos dramáticos; el engendro heredero no tiene ningún interés en trabajar por la paz, por la conciliación social, por el respeto a las libertades ciudadanas y por el desarrollo integral del país; solo los mueve la permanencia en el poder, no para construir sino para destruir; al mejor estilo cubano. Un régimen corrincho como el actual, conformado por delincuentes, por gente ruin, de baja calaña, no se le debe dar ni un ápice de descanso en la lucha por el rescate de Venezuela. A este régimen corrincho hay que sacarle los dientes y las uñas para demostrarle que con el pueblo democrático movilizado se vence la posibilidad de cubanizar la sociedad venezolana y tengan la seguridad que no habrá ningún “gas del bueno” que pueda detener la furia de este pueblo cada día más convencido del cambio estructural que necesitamos para enrumbarnos por nuevos derroteros. ¿Vamos a permitir que el engendro por órdenes cubanas haga lo que le dé la gana con el país y con la democracia?
Si los poderes públicos del Estado, excepto la AN, no funcionan para asegurarnos el cumplimiento de la Constitución nacional, ¿nos vamos a quedar con los brazos cruzados? Sabemos que la MUD está movilizada y que la nueva y mayoritaria AN está haciendo todo lo posible por rescatar la institucionalidad, pero no es suficiente; estamos en la obligación de presionar con más fuerza, con más contundencia logística, con estrategias definidas e indivisibles.
El régimen corrincho está jugando duro; la prueba son los innumerables actos, que sin ningún rubor ejecutan, a través del TSJ; declaran todos los actos de la Asamblea Nacional como inconstitucionales, la ley de Amnistía, una de ellas; a mi modo de ver con esta ley el país hubiese avanzado en lo democrático, en la paz ciudadana y sobre todo hubiese fortalecido, de hecho y de derecho, el respeto a los DDHH. Para ellos el revocatorio, es solamente una referencia a lo externo, y seguir confundiendo al mundo, porque el CNE, como componente del Estado comunista, nunca lo va a permitir y mucho menos cuando el engendro y sus lacayos comunistas, están en la picota de la opinión pública, que según las encuestas se reducen cada mes cinco puntos porcentuales.
El régimen corrincho y al TSJ lo último que se le ha ocurrido, es que cualquier persona puede ser Presidente de la República y el engendro heredero es uno de ellos. Publicaron, casi que a escondidas en la Gaceta N.° 40.909 del 23-05-2016, una sentencia que: establece con carácter vinculante, que ante el supuesto de que una persona ostente múltiples nacionalidades y una de ellas es la venezolana, será esta la que tenga prevalencia en todo lo concerniente al régimen jurídico aplicable a la misma. Es decir, el TSJ se llevó “por los cachos” el artículo, 27 y 41 de la Constitución nacional. Ahora lo que sí quedó claro es la nacionalidad colombiana del engendro.
Ahora bien, ante esta inmoralidad del TSJ de interpretar la Constitución nacional al mejor estilo cubano; nuestra Asamblea Nacional, llevó a la OEA la propuesta de aplicar la Carta Democrática; cuestión que el doctor Almagro lleva adelante y veremos qué efecto puede tener en el corto y mediano plazo para ¡pararles el trote!