Las familias afectadas esperan que la estatal petrolera se responsabilice por los daños generados en las viviendas. El escenario es crítico, el crudo sigue su rumbo hacia las orillas de la playa Punta Vigía, por lo que temen que llegue al Lago y se masifique la contaminación
La rotura de una tubería de crudo de unas 36 pulgadas, en una de las avenidas principales del sector Punta de Palma, en el municipio Miranda, mantiene en alerta a al menos 200 familias, quienes desde ayer a las 11.30 de la mañana sufren las consecuencias del derrame dentro y fuera de sus casas.
Todo está anegado de petróleo, los vecinos improvisaron puentes de salidas con gaveras de refresco, bloques y hasta troncos de árboles. Carlos Bermúdez, afectado, contó que hace casi un año vivieron una situación similar, por lo que lo que la situación que sufren no le sorprende. “No hay mantenimiento de las tuberías, desde el año pasado que sufrió el daño no volvieron a chequearlas”.
Señaló además que se especuló que la llave para cerrar la tubería y evitar el derrame se partió, puesto que el daño ocurrió en horas de la mañana y aún en la noche seguía botando gran cantidad del hidrocarburo. “Estaba haciendo el almuerzo cuando escuché el escándalo de los vecinos, salí y toda la carretera estaba negra”.
Y es que aseguran que en cuestión de segundos inició la “inundación de crudo”. Carmen López, ama de casa, precisó que la abertura de la tubería es de unas cinco pulgadas. El acceso fue interrumpido dos horas después por funcionarios de Protección Civil, bomberos y PDVSA, quienes mantienen labores de achique.
Bomba de tiempo
El escenario es crítico, el crudo sigue su rumbo hacia las orillas de la playa Punta Vigía, por lo que temen que llegue al Lago y se masifique la contaminación. “El petróleo está a veinte metros del Lago y hay tiempo de lluvia, de llover sería aún más grave la situación”.
Varias familias han dejado solas sus casas por el fuerte olor, sumado al problema no pueden utilizar la cocina ni encender ningún artefacto eléctrico. “Nos sentimos como atrapados en una bomba de tiempo, no deberíamos pasar por estas experiencias”.
Las familias afectadas esperan que la estatal petrolera se responsabilice por los daños generados en las viviendas.