Autoridades del municipio Maracaibo señalan que para las próximas 48 horas se esperan precipitaciones en la región por la actividad atmosférica que afecta al Caribe. Estas lluvias podrán estar acompañadas de tormentas eléctricas y fuertes vientos. Las 18 parroquias de la capital zuliana están siendo vigiladas
La actividad en la zona de convergencia intertropical e inestabilidad atmosférica que afecta el Caribe mantiene en alerta a las autoridades del municipio Maracaibo, quienes hacen un llamado a la comunidad a tomar las previsiones necesarias ante un pronóstico “desfavorable” para las próximas 48 horas.
José Muñoz, director de Protección Civil (PC) de Maracaibo, destacó que el cambio climático obedece a la convergencia intertropical generada en el Caribe, que ha motivado el descenso de la presión, ocasionando lluvias, con tormentas eléctricas y fuertes vientos, según los últimos reportes manejados por el Instituto de Meteorología e Hidrología (Inameh).
“Para este viernes y durante el fin de semana esperamos lluvias fuertes por lo que hemos activado un contingente para monitorear las 18 parroquias del municipio. Ya en los municipios San Francisco y Cañada de Urdaneta se empiezan a sentir los embates de las aguas. Manejamos información que la onda tropical viene del sur al norte afectando el estado”, manifestó Muñoz.
El director de Protección Civil Maracaibo expresó que debido a la alteración atmosférica se esperan nubosidad y precipitaciones dispersas en gran parte del territorio zuliano, razón que ha obligado a los cuerpos de prevención del municipio a coordinar planes de acción inmediata para atender cualquier situación de emergencia.
El representante municipal exhortó a la comunidad a evitar bañarse en la lluvia, sobretodo sí ésta viene acompañada con tormentas eléctricas, sugirió resguardarse de los fuertes vientos, retirarse de tanques de almacenamientos de agua, así como acercarse a árboles, avisos, postes y cableado que puedan ser inestables.
El Director de Protección Civil de Maracaibo hizo un llamado a las familias que residen en las cercanías de las cañadas para que se mantengan alerta ante la repentina crecida de los niveles de agua y, de ser necesario, evacuar la zona, cuando sientan que su integridad física o la de los suyos puedan correr peligro.