
Nicolás Maduro fue uno de los primeros en repudiar categóricamente el “golpe de Estado” que, denunció, sufrió Morales
Algunos Gobiernos y políticos latinoamericanos afines al mandato de Evo Morales calificaron su renuncia como “golpe de estado”. Mientras que opositores y ciudadanos celebran en las calles.
Morales confirmó su dimisión después de casi 14 años en el poder en un video dirigido a los ciudadanos desde un lugar sin determinar y luego de varias renuncias en cascada de la mayoría de su gobierno.
El país enfrentaba una seria crisis desde las elecciones del 20 de octubre, en las que Evo Morales fue proclamado vencedor y en las que la oposición denunció fraude, lo que desencadenó duros enfrentamientos que dejaron tres muertos y unos 400 heridos.
Nicolás Maduro fue uno de los primeros en repudiar categóricamente el “golpe de Estado” que, denunció, sufrió Morales, su aliado histórico en la región.
Por ello, advirtió, los “movimientos sociales y políticos del mundo se declaran en movilización para exigir la preservación de la vida de los pueblos originarios bolivianos víctimas del racismo”.
En la misma línea el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó que “el mundo se debe movilizar por la vida y la libertad de Evo”, tras expresar en un tuit su “enérgica condena al golpe”.
Para Alberto Fernández, recién elegido como presidente de Argentina, este “quiebre institucional en Bolivia es inaceptable”, aunque llamó al pueblo del país a “escoger cuanto antes, en elecciones libres e informadas, a su próximo gobierno”.
También el recién liberado expresidente brasileño Luiz Lula Da Silva, quien convivió en el poder con Morales y es otro de sus principales defensores, calificó de “golpe” la presión popular que llevó a la renuncia de su “compañero”.
El canciller de México, Marcelo Ebrard, fue más allá y advirtió de que en Bolivia existe “una operación militar en curso”, la cual el Gobierno de su país rechaza al tiempo que dijo: “golpe no”.