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El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, urgió hoy al Consejo Permanente del organismo a poner fecha a la sesión para decidir si se aplica la Carta Democrática a Venezuela, un proceso que puede llevar a su suspensión del ente.
“Hoy más que nunca urge fecha reunión Consejo OEA para abordar Carta Democrática #Vzla #DemocraciaEnVzlaYA”, escribió Almagro a primera hora en su activa cuenta de la red social Twitter.
El titular de la OEA también saludó que los 34 países de la organización abordaran este miércoles “la crisis de Venezuela” por primera vez desde 2014, cuando Panamá quiso llevar las protestas sociales contra el Gobierno del presidente Nicolás Maduro cediéndole una silla a la diputada opositora María Corina Machado y Caracas forzó que la reunión fuera privada.
“Saludamos a países por haber abordado por primera vez #CrisisVenezuela desde 2014 en Consejo @OEA_oficial”, afirmó hoy Almagro en otro mensaje.
Esta es su primera reacción tras la aprobación este miércoles por consenso de una declaración conciliadora que, en términos muy diluidos, apoya el diálogo nacional como solución a la crisis de Venezuela y respalda la iniciativa en marcha de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y tres expresidentes para promoverlo.
Almagro se ausentó de esa sesión para dejar claro que la declaración promovida por Argentina es distinta del proceso de la Carta Democrática que activó el martes, un instrumento muy sensible que se invoca por primera vez contra la voluntad del Gobierno del Estado afectado.
El jefe de la OEA ha pedido convocar una sesión extraordinaria entre el 10 y el 20 de junio para que los Estados se pronuncien sobre si, como él, consideran que en Venezuela hay “una alteración del orden constitucional que afecta gravemente al orden democrático” y, en consecuencia, votan proseguir con el proceso de la carta.
Esa convocatoria está en manos del presidente de turno del Consejo Permanente, el embajador argentino Juan José Arcuri, que todavía no se ha pronunciado al respecto pero que el miércoles mostró un evidente malestar con Almagro.
“Alguien lo dijo por ahí y creo que no se repite lo suficiente, los Estados somos los dueños del organismo”, afirmó Arcuri en un mensaje que refleja el sentir de un buen número de Estados, que consideran que Almagro está actuando por su cuenta y pasando por encima de ellos, sobre todo en la crisis venezolana.
Otro gesto claro de que “Argentina está de punta con Almagro” (reñido con él), como comentaron los diplomáticos en los pasillos de la OEA, fue que Arcuri negó la palabra al término de la sesión al jefe de gabinete de Almagro, Gonzalo Koncke, en un desplante que los veteranos del organismo consideran insólito.
La declaración aprobada el miércoles surgió de un texto que Argentina llevaba gestando con más de 20 países en la última semana como vía alternativa, y conciliadora, a la Carta Democrática.