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En la pelea por el título de bateo en la Liga Americana, José Altuve luce cómodo. Ayer dio cuatro hits en la victoria de los Astros de Houston 8-1 sobre los Marineros de Seattle y aumentó su ventaja considerablemente con su más cercano perseguidor: David Ortiz.
El intermedista venezolano, que empujó tres anotaciones, dejó su promedio en .346 por su actuación de tres sencillos y un cuadrangular, con el que igualó su tope personal (15, impuesto en 2015). Se mantiene como líder de imparables en las Grandes Ligas (125) y su average quedó en .346, 16 puntos más que Ortiz (.330), quien jugó anoche contra los Yankees.
Fue la quinta vez en la campaña que Altuve pega cuatro o más indiscutibles en un duelo, máxima cantidad en las Mayores. Para el final de la ronda regular, proyecta 26.4 jonrones, 95.1 impulsadas, 42.6 bases robadas y 220.1 incogibles. Nadie en la historia del béisbol ha demostrado ser tan completo como para dejar, como mínimo, 26 vuelacercas, 95 remolques, 42 estafadas y 220 inatrapables en una zafra.
Otro debut
Finalmente, Omar Narváez se estrenó con los Medias Blancas de Chicago, que ayer cayeron 8-1 frente a los Angelinos de Los Ángeles y de Anaheim. El criollo, número 349 en jugar en la Gran Carpa, alineó como receptor y noveno bate. Su único hit en tres turnos fue un largo doblete al jardín izquierdo.
En el lauro 4-1 de los Rangers de Texas contra los Cachorros de Chicago, Elvis Andrus y Róbinson Chirinos fueron la grúa de los texanos. El primero de ellos empujó la primera carrera de su equipo, con un sencillo, mientras que el careta falconiano produjo otras dos con elevado de sacrificio y doble.