Amarran a colector, lo matan y lo lanzan en un tanque

El cadu00e1ver lo envolvieron en una su00e1bana y lo trasladaron a la morgue.

La Policía investiga el caso como una venganza. La víctima vivía solo, era oriundo de Colombia y tenía dos meses residiendo en el sector. El cadáver de Manuel Segundo Lazcarro Pacheco lo hallaron ayer, las 6.00 de la mañana, en el barrio Nueva Lucha de la parroquia San Isidro

Un olor a sangre fresca alertó a los residentes de la calle 144 del barrio Nueva Lucha de la parroquia San Isidro. Ayer, a las 6.00 de la mañana, el rastro los llevó hasta un tanque con agua, donde flotaba el cadáver maniatado de Manuel Segundo Lazcarro Pacheco (40), alias el "Oreja". El colombiano alquilaba la casa desde hace dos meses y sus vecinos lo describieron como un hombre tranquilo.

Quienes lo conocieron, contaron que el pasado miércoles a las 9.00 de la noche, vieron por última vez a la víctima en el frente de su residencia. Una hora más tarde, un vecino pasó por la vivienda de fachada rosada con techo de zinc para ir a visitar a su novia, y recordó haber sentido un olor a sangre "muy fuerte", pero por temor no se detuvo averiguar y siguió su rumbo.

Al amanecer, otra vecina se percató de que la manguera de la residencia donde vivía el colector de microbús, estuvo toda la noche abierta porque inundó la calle de arena. La mujer la recogió e ingresó al patio a cerrar la llave, sin percatarse de la presencia del muerto. Minutos después al ver que nadie salía de la pieza, una señora, esposa de un Policía que vive diagonal, entró a revisar para ver si estaba Manuel, porque con el sol el olor a sangre se acentuó. En la búsqueda consiguió manchas de sangre en la arena y luego el cadáver del extranjero.

A Manuel presuntamente lo ultimaron con un objeto contundente en la cabeza. Sus brazos se los llevaron hacia atrás y con mecatillo le amarraron sus muñecas. Después, su o sus verdugos lo arrastraron del frente de su hogar hasta el patio y lo sumergieron en el tanque del agua de 1,50 de alto y 1,80 de ancho que está a un costado de la casa. Antes de huir los delincuentes taparon el tanque con una lámina de zinc y se llevaron el arma que utilizaron para acabar con la vida de Lazcarro, pues la Policía científica durante su experticias no lo halló.

Los detectives del cuerpo detectivesco llegaron al lugar del suceso tras recibir la novedad por parte de la comunidad. Al lugar no llegó ningún otro cuerpo de seguridad. Los uniformados con sus guantes de látex y ayuda de los averiguadores, como pudieron cargaron el cuerpo que flotaba boca arriba, lo sacaron del agua y lo acostaron sobre una sabana blanca. 

El cuerpo lo revisaron y las únicas heridas que presentó las tenía en la parte posterior de su cabeza. Con su jean azul, franelilla roja y un solo zapato, lo acomodaron en una bandeja y lo engavetaron en la furgoneta forense. 

Según los habitantes, Manuel vivía solo, pues no tenía familia en Venezuela. "Ese hombre era muy sano, trabajador, respetable", expresó una conocida, quien indicó haber escuchado unos gritos pidiendo auxilio, la noche del miércoles.

Para los investigadores aún no hay un móvil del crimen especifico. Sin embargo, presumen que su muerte haya sido producto de una venganza por el nivel de ensañamiento de como lo asesinaron. A pesar de que al occiso le robaron algunas pertenencias la resistencia al robo queda en un segundo plano, dijo un oficial. 

 

Los vecinos lloraban por el asesinato del extranjero. (Fotos: José Nava)

 

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