La paz, la salud y la unión familiar fueron las peticiones que más se escucharon este año entre la feligresía
Con lágrimas en los ojos y una oración en los labios cientos de marabinos se reunieron en la plazoleta de San Juan de Dios, ubicada en el casco central de Maracaibo, para rendirle tributo a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá en los 313 años de la Renovación Milagrosa.
Desde las 11.00 de la noche del 17 de noviembre, el pueblo zuliano se concentró para ver salir a la Virgen Morena al pórtico de la Basílica a recibir la tradicional “mañanita”, en la que propios y visitantes le cantaron su himno Gloria a ti, Casta Señora, y el cumpleaños como inicio de su celebración.
Esta vez fue especial porque se cumplen 80 años de coronación y el mismo tiempo de la creación de su himno. La Chinita, en hombros de los servidores de María salió a las 11.40, bendijo a los que se encontraban en las adyacencias de la plazoleta y “bailó” al son de los Zagalines del padre Vílchez, para culminar con el cumpleaños gaitero.
Al preguntarle a un feligrés sobre la devoción chiquinquireña respondió que es un sentimiento inexplicable. Todos los que asistieron a la cita con la Campeona de la Salud llevaron gratitud, amor, fervor y mucho sentimiento.
Solemnidad
El viernes 18 de noviembre más feligreses se agolparon en el mismo lugar para presenciar la misa pontifical, que en esta oportunidad estuvo presidida por monseñor Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, junto con el arzobispo de Maracaibo, monseñor José Luis Azuaje; el de Mérida, monseñor Helizandro Terán; el párroco de la Basílica, Nedward Andrade y la curia de Maracaibo.
Antes de dar inicio a la santa eucaristía, un hombre entró por el pasillo central junto con sus dos hijos de rodillas hasta llegar a los pies de la Virgen Morena. Este tipo de promesa y sacrificio son comunes el día de la excelsa Patrona del Zulia, con la finalidad de dar muestra de fervor mariano y para agradecer los favores concedidos.
Este día la plazoleta se inundó de mujeres vestidas en manta guajira como promesa a La Chinita, como Rosmari Ramírez, quien junto con sus dos hijas, de 10 y 4 años, fueron vestidas con las prendas indígenas.
“Mi hija mayor le dio una enfermedad al nacer y le dije a La Chinita que me la curara que si era así la traía descalza y en manta. La pequeña, antes de nacer estaba en un gran quiste y le recé con mucho fervor para que nos salvara a las dos”, explicó Ramírez.
Para Dorila Echeto es una tradición asistir los 18 de noviembre a la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá. “Siempre hemos venido. Yo traía a mis hijos para rezarle a la Virgencita, pedirle por la salud de todos y la unión familiar”.
Yaneleida García, quien se encontraba en compañía de su esposo e hijos, llevaba de la mano a una pequeña vestida de manta. Explicó que desde hace siete años cumplen la promesa por la vida de la niña.
“Mis oraciones llegaron a ella y mi hija está con nosotros, todos los años la vestimos de manta y la traemos, cuando la pandemia hicimos lo mismo en nuestra casa”, dijo.
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diciembre 9, 2024
