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La ciudad de París dio luz verde a la construcción del futuro complejo de Roland Garros, que pasará de 8,5 a 12,5 hectáreas en la edición del torneo en 2019, anunció hoy la alcaldesa de la capital francesa, Anne Hidalgo.
“Hoy mismo se ha llevado a cabo la firma del permiso de construcción que permite la extensión de Roland Garros”, declaró en la cadena BFM TV Hidalgo, que apoya la ampliación del espacio dedicado al único Grand Slam de tierra batida que planea la Federación Francesa de Tenis (FFT) y critican las formaciones ecologistas.
La ampliación de las infraestructuras del torneo, cuyo presupuesto se estima en unos 400 millones de euros (unos 450 millones de dólares), servirá también para reforzar la candidatura de París para albergar los Juegos Olímpicos de 2024.
El proyecto recibió la semana pasada el visto bueno del Gobierno francés y salió de un bloqueo administrativo en el que se encontraba enredado hace años. Una vez recibido el permiso de obra de la alcaldía, la FFT espera que comiencen los trabajos antes de que finalice el presente año.
La ampliación, lastrada también por retrasos y sobrecostes, quiere marcar una nueva época para el torneo creado en 1920, que en la actualidad no cuenta con ninguna pista cubierta y que cada año suele ver los partidos perturbados por la lluvia y la falta de luz al anochecer.
Ni si quiera la pista central Philippe Chatrier, donde cada año se disputan las finales ante cerca de 15 mil espectadores, cuenta con una cubierta retráctil que proteja el mejor tenis en tierra batida del mundo de las inclemencias meteorológicas.
Por eso, el nuevo proyecto prevé cubrir las pistas principales, pero también ampliar el espacio que cada año visitan unos 460 mil aficionados y que se ha convertido en el más pequeño de los cuatro torneos del Grand Slam.
Además se ampliará la exclusiva zona reservada a los patrocinadores, el “Village”, y se construirá una nueva cancha de en los invernaderos de Auteuil, blanco de las críticas de los ecologistas.
Esa nueva cancha semienterrada, que tendrá capacidad para cinco mil espectadores y estará rodeada de plantas, ha sido uno de los mayores quebraderos de cabeza de la FFT, pues sus detractores consideran que las obras no deberían afectar al colindante Jardín de Invernaderos de Auteuil, un espacio creado en 1897 por el arquitecto Jean Camille Formigé y registrado como monumento natural.