
El atacante zuliano dio ayer una clínica de fútbol en el club El Tablazo, lugar donde dio sus primeros pasos como jugador, desde los ocho a los 13 años. "Vengo a divertirme. Sé lo que es llegar emocionado todos los días para entrenar porque yo me formé aquí", expresó
Por más que se alcancen las metas que se planteen en la vida, por más que se logre el éxito en el ámbito que siempre se deseó, una persona nunca debe olvidar de donde proviene, sus raíces. Andrés Ponce, delantero de la Sampdoria B, a pesar de todo el talento y el prestigio desarrollado este año en Italia, sigue conservando la humildad que con la que se formó como futbolista en Maracaibo.
El atacante zuliano dio ayer una clínica de fútbol en el club El Tablazo, lugar donde dio sus primeros pasos como jugador, desde los ocho a los 13 años. "Vengo a divertirme. Sé lo que es llegar emocionado todos los días para entrenar porque yo me formé aquí", expresó con alegría Ponce al La Verdad, sobre las actividades que iba a realizar con los chicos.
"Lo que les digo es que sigan trabajando; que sigan ilusionándose y enamorándose del fútbol. Eso es lo mejor para su carrera", añadió el delantero, que viene de salir goleador con la Sampdoria B, con 24 tantos, y que debutó con el primer equipo frente a la Juventus en la última jornada de la Serie A.
"Ahora solo estoy enfocado en adquirir toda la energía positiva que pueda. No veía a mi familia desde diciembre y me voy el 7 de julio a Italia, así que aprovecharé este tiempo para estar con ellos", confesó. También dio su opinión sobre la Vinotinto, que hoy disputa el primer compromiso de la Copa América Centenario, ante Jamaica (5.00 pm). "Me alegró ver que hay una sensación de armonía, son una familia, sobre todo fuera del campo. En la cancha hay una rivalidad, pero todo es muy sano. Llegan con hambre de victorias".