Absolutamente todos los venezolanos debemos entender lo que está sucediendo en el país, internalizar que la solución a nuestros problemas, no está en una bolsa de comida, un “bono” navideño o en un electrodoméstico, ni tampoco están en el “bachaqueo” o en la práctica de la mal llamada “viveza criolla”
Ciertamente la invivible situación que enfrentamos los venezolanos, no le conviene a nadie. Ni a opositores, ni al Gobierno. La onda inflacionaria rompe estadísticas y proyecciones de instituciones y especialistas, porque la verdad es que todos la sentimos exponencialmente todos los días en nuestro bolsillo cuando requerimos comprar alimentos, medicinas, repuestos o cancelar un servicio.
Aquí no podemos seguir buscando culpables, aquí todos somos culpables. Absolutamente todos los venezolanos debemos entender lo que está sucediendo en el país, internalizar que la solución a nuestros problemas, no está en una bolsa de comida, un “bono” navideño o en un electrodoméstico, ni tampoco están en el “bachaqueo” o en la práctica de la mal llamada “viveza criolla”, ni en la limosna ni en el lisonjeo. La solución a todos los males que vivimos está en la valentía y en el compromiso que cada habitante de este país, asuma para lograr mejores condiciones de vida, paz ciudadana y futuro promisorio.
No podemos seguir esperando que otro haga algo por nosotros mientras vemos sentados como la sociedad venezolana va camino al desahucio inminente. Este año 2018 es año de elecciones presidenciales, este tiene que ser el año de las grandes definiciones democráticas hacia el cambio constitucional de un modelo de gobierno fracasado que por más de 19 años ha llevado a nuestra patria hacia el caos y la miseria.
Encaremos este año como el año de las oportunidades para torcer ese rumbo equivocado y encaminarnos hacia el futuro que todos esperamos tener, eligiendo un nuevo Presidente para todos, sin distingos de ningún tipo. Para el año 2008 nuestras reservas internacionales eran de 43 mil 127 millones de dólares, para diciembre del año 2017, cayeron de nueve mil 685 millones de dólares.
Vivimos bajo un modelo económico lleno de improvisaciones, fue así como desde el Gobierno le han hecho creer a los venezolanos que con un decreto de emergencia económica solucionaríamos la crisis. Nos hicieron creer que con el control de cambio el bienestar llegaría a los venezolanos; así anunciaron en diferentes épocas nueve sistemas diferentes de control de cambio; y ahora anuncian sin soporte constitucional y legal el Petro, cuyos resultados serán los mismos, y las consecuencias directas las seguirá pagando el pueblo si no logramos cambiar y construir una alternativa constitucional diferente este año que está comenzando.