Anomia social

Quienes disienten, no profundizan en el saqueo ejecutado por el chavismo-madurismo, en el cual el hampa de Estado y de derecha, han carcomido las bases sociales y económicas del país

En el peor escenario de la vida republicana de España, atrapada en un callejón sin salida que políticamente pregona a gritos la ineficacia de todos sus actores políticos para decidir quién será el nuevo Presidente del gobierno, casi en las puertas de la anarquía, aquí en Venezuela se escoge a Rodríguez Zapatero como personaje principal de un grupo de exgobernantes, para ser “negociadores” entre Gobierno y oposición. Los otros escogidos demostraron poca efectividad política y hasta fracasos en sus respectivos países. Debemos concluir que, esas escogencias y el protagonismo que pretende dársele a Zapatero y su grupo extranjero, es ineficaz, improbable e inexacto para los fines deseados.

Las vivencias del día a día, nos llevan al hundimiento total; el Gobierno prolongando su fracaso, procurando ver cómo se salvan de lo insalvable; la oposición y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), empeñadas en el revocatorio como única forma de salir de Maduro y sin otras alternativas, lo que a su vez le da combustible al Presidente para avivar la llama. Quienes disienten, no profundizan en el saqueo ejecutado por el chavismo-madurismo, en el cual el hampa de Estado y de derecha, han carcomido las bases sociales y económicas del país. Ese elemento destructor es sospechosamente poco expresado en forma organizada, se confunde con las generalidades de la escasez, pero no como elemento principal. 

Es indispensable recordar que la Dilma de Brasil, recientemente expulsada del poder, sufrió el castigo político por los señalamientos concretos de la corrupción devastadora de su nación y los efectos en la población. Aquí en Venezuela, el revocatorio se ha convertido en una definición política autónoma, basada en generalidades, sin señalar los hechos concretos de corrupción con cifras y documentos, que los hay, para que el ciudadano común tome conciencia de credibilidad y que la protesta social tenga el combustible necesario para mantenerse encendida. 

Protestar contra la corrupción que ha generado esta anomia en Venezuela es prioritario porque concentrarla en el revocatorio, es agotar un tema que regodea al Gobierno en su totalitarismo y le permite defender su posición, de por sí firme, en un solo aspecto. Atacarlo masivamente como factor desencadenante de la anomia social que padecemos, originada en la corrupción, en el delito colectivo ejecutado continuamente por el hampa de derecha, de Estado y consecuencialmente por el hampa de izquierda, es y debe ser el tema fundamental de las protestas. ¡Protestemos!

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