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Tres semanas transcurrieron luego de los anuncios económicos del presidente Nicolás Maduro. En la misma cadena nacional asignó a Miguel Pérez Abad, vicepresidente para la Economía Productiva, la tarea de emitir detalles sobre el nuevo sistema cambiario. Hasta el momento viajeros y empresarios persisten en la expectativa, pues solo conocen que la tasa empieza en 204 bolívares por dólar y que será fluctuante. Para estos últimos, el comportamiento del Ejecutivo en la administración de los regímenes cambiarios anteriores representa un factor determinante de desconfianza en la eficacia del esquema que se pretende implantar.
Que de verdad sea un sistema que fluctúe de acuerdo con la oferta y la demanda además de la disponibilidad suficiente de divisas es el principal cuestionamiento por parte de los directivos de Conindustria, Consecomercio y Fedecámaras. Y es que desde la creación del Sistema Marginal de Divisas (Simadi) en febrero de 2015, apenas sobrepasó la barrera de los 200 bolívares por dólar al mismo tiempo en el que un mercado paralelo se disparaba.
La razón: la liquidación de dólares por parte del Banco Central de Venezuela a partir de este tipo de cambio era deficiente. En días buenos llegaba a representar aproximadamente siete por ciento de lo otorgado en el mercado oficial.
En un país altamente dependiente de las importaciones, la moneda extranjera juega un papel fundamental. Empresas privadas productivas se ven obligadas a paralizar sus operaciones por deudas a sus proveedores internacionales, acarreando más distorsiones económicas al país, como la escasez de productos.
La Verdad conversó con Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria; Cipriana Ramos, presidenta de Consecomercio, y Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras. Todos esperan los detalles del sistema para poder emitir una opinión “responsable”, pero los antecedentes de un sistema cambiario de 13 años cada vez más restrictivo impiden una percepción optimista.
Conindustria
Con una deuda de 12 mil millones de dólares a proveedores, el sector Industrial no le resta interés a la liquidación de dólares oficiales. Necesitan “plata fresca” luego de cancelar sus compromisos para empezar a encargar materia prima. La tasa a la que aplicarían la conversión adquiere un papel protagónico. “Si la demanda es muy grande y la cantidad de dólares disponible muy pequeña, la tasa de cambio va a subir mucho. Si hay dólares suficientes para satisfacer esa demanda, la tasa puede ser controlada”, prevé Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria.
Persiste la esperanza de que el sistema funcione y pueda reflejarse en los costos de sus productos. Pero, las experiencias fallidas de Sicad II y Simadi hacen que diga: “hay que ver para creer”. “Lo que yo temo es que las cuentas tan escuálidas que tiene el Ejecutivo nacional no dispongan de los dólares suficientes para poder hacerle frente a una demanda muy grande”.
Consecomercio
Cipriana Ramos, presidenta de Consecomercio critica que exista un “monopolio” en el mercado de divisas del país, pues un producto que solo pueda conseguirse a través de un solo mercado, que a su vez es restringido, tenderá a subir de precio. “Por eso nacen estos mercados ahora innombrables a los cuales algunos tienen que acudir para poder pagar sus deudas”.
“Nosotros no es que tengamos esperanzas de que esto funcione, nosotros necesitamos creer que esto va a funcionar”, dice reconociendo que todo indica que el Gobierno no tiene divisas para responder a las necesidades del mercado del sector. Espera que en algún momento se detenga la intervención de las autoridades en la venta de divisas. Insisten en la libertad cambiaria, de precios y laboral para reactivar la economía. “Tenemos un control de cambio que no ha funcionado, que se creó para que las reservas no se fugaran y tenemos muchas menos reservas que cuando se creó el control de cambio”
Fedecámaras
“Creemos que la decisión de tener un sistema fluctuante es el primer paso de poder ir incluso a una unificación cambiaria”, considera Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras. Pero, un déficit fiscal estimado en aproximadamente 20 millardos de dólares para 2016 le parece un aspecto “realmente preocupante”.
Esperan las reglas del sistema por parte del Gobierno, pero ven una tendencia distinta en el control, que probablemente no se presente tan “estricto” como los anteriores. “Ojalá exista la voluntad política y la claridad técnica de un sistema para poder implementar definitivamente un esquema confiable, fluido de divisas que son tan necesarias para la producción en Venezuela. Ese sistema de régimen cambiario hasta el sol de hoy es el que tiene sumergida a Venezuela en los niveles de escasez, en conjunto con los controles de precios”, resalta el dirigente del gremio.