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Hay un informe del Ejército de los EEUU publicado recientemente en el Nuevo Herald sobre Venezuela, que es aterrador porque considera la actual situación como de pre-guerra civil. La crisis hoy luce terminal aunque con un desenlace que nadie puede dibujar o prever.
El termómetro para un ciudadano común y corriente de que esto cada día está peor, se mide por las cada vez más largas colas frente a los mercados y farmacias donde la escasez de los más esenciales productos dicta la pauta; la zozobra por el tema de la inseguridad desbordada y la pulverización del valor del bolívar. El régimen padece de un autismo político suicida y las salidas a este terremoto sociológico se tornan violentas. “El actual régimen en Venezuela está encadenado a una espiral de muerte económica y política dentro de la cual múltiples dinámicas que se respaldan mutuamente dificultan que se pueda escapar a la calamidad”.
Desde Simón Bolívar hasta Juan Vicente Gómez y llegando hasta el presente el gran árbitro nacional para recomponer las crisis siempre ha sido el componente militar porque tienen el monopolio de la fuerza. “El liderazgo militar venezolano parece estar demasiado comprometido a través de su participación en actividades delictivas como para intervenir y restaurar el orden diplomático”, resalta el informe.
Luego tenemos el panorama electoral, el santo grial de la oposición democrática alrededor de la MUD, que vive la dicotomía de vivir en la fe de una salida civilizada y legal ,pero que igual entiende que enfrenta a una superior voluntad de poder que desprecia el actual Estado de derecho, vigente nominalmente, aunque abolido en la práctica. Para el Informe, Venezuela es un país “marginalmente democrático”.
“Aunque los últimos sondeos reflejan un muy bajo nivel de aceptación del presidente Nicolás Maduro (más de un 20%), el analista advierte que será complicado que Venezuela se libre de este régimen por la vía democrática, ya que el chavismo controla el sistema electoral y el poder Legislativo y Judicial, además de las restricciones a la prensa”.
Cuando la sociedad en que vives te maltrata, te roba tú dignidad y aparca tus esperanzas respecto a un promisorio futuro; la rabia contenida, la paciencia del sufriente, puede decantarse hacia salidas violentas y anárquicas que la anomia gubernamental ha propiciado. Venezuela es hoy, un “Apocalypse Now”, un despiadado descenso a los infiernos.