Evelio
A Evelio Antonio Castillo Torres (48) lo encontró Emely, una de sus hijas, en la casa donde vivía y que cuidaba desde hace dos años. La víctima yacía ensangrentada, apuñalada, con los ojos vendados y con un golpe en la cabeza. La Policía estima que tenía al menos seis horas muerto cuando lo hallaron.
La hija de Evelio llegó, a las 11.00 de la mañana del lunes, a la calle 104 con avenida 81 del barrio 16 de Noviembre, parroquia Luis Hurtado Higuera de Maracaibo. Se preocupó cuando su progenitor no le contestó las llamadas.
En el frente de la vivienda, desde una cerca con latas, llamaba la joven. Al ver que su padre ni siquiera se asomaba, entró. Las cerraduras estaban violentadas, todo estaba en completo desorden y en una esquina de la sala encontró el cadáver. En ese momento, los vecinos escucharon los gritos de auxilio.
Solo unos cuantos acudieron al llamado de Emely Castillo, la ayudaron y llamaron a la Policía. Tras las investigaciones de campo y las entrevistas con los familiares, los detectives conocieron que el infortunado llegó, en horas de la madrugada del lunes, tras celebrar el Día de las Madres con su familia. Un grupo de delincuentes ingresó a la vivienda y lo sometió. Lo amarraron y vendaron, por lo que presume que conocía a los antisociales.
La hija detalló a los funcionarios que en la casa faltaba la nevera, la cocina, un aire acondicionado, dos televisores y otros electrodomésticos. De inmediato, las investigaciones se inclinaron a la resistencia al robo como móvil.
Los vecinos agregaron que no escucharon ruido, se enteraron de lo sucedido por los gritos de la hija, pero que sí extrañaron no verlo salir a trabajar la mañana del lunes. Describieron al obrero como una buena persona. Resaltaron que no había tenido problemas con nadie en el barrio. Denunciaron además que con frecuencia entran a las casas a hurtar, pero nunca habían matado a nadie, es el primer caso.