Convencidos de la necesidad del cambio, el 78 por ciento de los argentinos acudió a las urnas electorales a depositar un voto que simbolizaba esperanza
Lo que para muchos argentinos era imposible, el voto popular lo hizo posible al elegir al opositor Mauricio Macri como Presidente de la República, por un período de cuatro años. Argentina inicia así una nueva época en la que seguramente otros postulados y acciones regirán las relaciones del Estado con la sociedad y otras naciones del mundo.
Con la llegada del cambio de gobierno en Argentina, se inicia un modelo político comprometido con el respeto de las libertades democráticas, la propiedad privada y la iniciativa personal, con vocación incluyente y promotor del diálogo que busca puntos de encuentro y entendimiento para la progresiva solución de los graves problemas de esa nación.
La jornada democrática que vivió Argentina el pasado domingo, es una lección de la que los venezolanos tenemos mucho que aprender. Convencidos de la necesidad del cambio, el 78 por ciento de los argentinos acudió a las urnas electorales a depositar un voto que simbolizaba esperanza y nuevas oportunidades para todos, diferente a las prácticas excluyentes que el régimen saliente instauró por 12 años consecutivos.
Los argentinos vencieron el miedo y la manipulación oficialista que pretendió sembrar en sus conciencias la idea que nadie podría derrotar a un Gobierno que llegó para no dejar nunca el poder. Esa determinación los motivó a organizarse, realizando esfuerzos que ayudaron a superar los errores que una oposición dividida experimentó en el pasado reciente. Y luego, inspirados por un discurso fresco, auténtico y creíble, se animaron a votar masivamente haciendo realidad una de las consignas de la alianza electoral "cambiemos", ¡Sí se puede!
A pesar de las diferencias idiosincráticas de ambas naciones, la realidad política argentina resulta similar a la venezolana. Existen elementos que nos permiten afirmar que aquí también son muchos los que piensan que es imposible construir el cambio, pero la historia nos señala reiteradamente que ningún régimen gobierna indefinidamente; todos tienen fecha de vencimiento y la del régimen venezolano está muy cerca.
Confío en que la inmensa mayoría de mis compatriotas tengan presente la experiencia de Argentina; que a todos nos anime la convicción que si nos organizamos alrededor de la unidad del país y salimos a votar masivamente el 6 de diciembre, defendiendo cada uno de los votos por el cambio, podremos decir al final de ese día, los venezolanos también hicimos posible lo imposible.