Una
Eliana Geraldine Albornoz, de 29 años, Iba a hacerles unos favores a unos tíos maternos. Les iba a hacer la comida y a limpiarles la casa, en la avenida Pomona, cerca del colegio Luis Arrieta Acosta.
El suceso ocurrió ayer a las 5.00 de la tarde. Antes de llegar a la casa de sus familiares, una camioneta Ford, modelo Lariat, blanca, de placas 476-PAU que se dirigía en su dirección por el mismo canal vehicular, presentó una falla mecánica en el sector, responsable de la dirección del vehículo, perdiendo así el conductor el control de esta. Un testigo del hecho, le comentó a Lino Albornoz, padre de la atropellada, que el conductor le gritó para que se quitara del camino porque se le rompió la dirección, pero sus esfuerzos por salvar la vida de la mujer no pudieron evitar el trágico accidente. Se llevó por delante a la mujer, quien no lo evitó por estar de espaldas.
El conductor continuó su rumbo; huyó del lugar, dejando atrás la camioneta y a la mujer arroyada. Los testigos corrieron hacia el cuerpo inerte en el asfalto, tenían la esperanza de que siguiera viva, perdiéndola en el instante en que confirmaron que ya no respiraba ni tenía pulso. Alertaron a sus tíos quienes se encontraban a unas casas, quienes a su vez llamaron a sus padres para informarles del infortunio.
La víctima estudiaba química pura en la Universidad del Zulia, le faltaban dos semestres para terminar la carrera. Trabajaba como maestra en una escuelita dando tareas dirigidas a los niños del sector. Tenía tres hijos, dos niñas y un varón. Iba a retirar su pasaporte hoy. Planeaba irse con sus hijos a Colombia, donde la esperaba su esposo desde hace dos meses, para irse después juntos a Perú.
Lino albornoz, padre de la joven, comentó que a pesar de que pusieron la denuncia en las oficinas de la Policía científica para que procedieran con la búsqueda del conductor que huyó, lo perdonaban, porque su religión así lo dicta.