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El conductor de un vehículo Chevrolet Silverado blanco, doble cabina, arrolló, el pasado lunes a las 2.00 de la tarde, a Valentín Perdomo, de 77 años, mientras atravesaba la avenida principal del barrio Cuatricentenario, parroquia Francisco Eugenio Bustamante del municipio Maracaibo. Tras recibir una llamada de los funcionarios de la Policía científica, Carmen Xiomara Rosas, se dirigió a la morgue forense de la Facultad de Medicina para reconocer el cadáver de su amigo.
Cuando el septuagenario atravesó la carretera una camioneta que venía a exceso de velocidad se lo llevó por delante, el cuerpo del vendedor de cotufas quedó tendido sobre el pavimento, así lo detalló un testigo del accidente en la morgue. Carmen expresó su indignación, culpó a los familiares de la víctima por su deceso, “nunca se preocuparon por él”, siempre repetía que no tenía familia.
Perdomo acostumbraba a recorrer las calles con una cesta llena de cotufas que vendía a los transeúntes, se paraba en medio de la carretera para ofrecer la mercancía a los conductores de carritos por puestos y vehículos particulares, “vivía de la venta de los gallitos”. El único apoyo que recibió durante su estadía en Maracaibo, se lo dio Rosas, lo acobijó en su casa hasta que pudo buscar un lugar donde vivir, hoy lo califica como un hermano.
El ama de casa no piensa hacer un velatorio, sino enterrarlo en el Cementerio San Sebastián, conmovida y con lágrimas que corrían por sus mejillas se preguntó: “¿Para qué?, ninguno de sus parientes asistirá, es preferible hacerlo de ese modo”.