Arrollan a una sordomuda en la vía a Perijá

Minutos después del hallazgo, la comunidad llamó a la Policía científica para que se trasladara hasta el lugar. A lo lejos era posible divisar la chirrinchera que la arrolló, el conductor bajó del vehículo abrió el capo, parecía arreglar los cables del motor

Mientras Rita Elena Prieto Castellano, de 36 años, atravesaba ayer a la 1.00 de la madrugada el Distribuidor Luis Aparicio, kilómetro cuatro, vía Perijá; una chirrinchera la arrolló dejándola muerta en el sitio. A las afueras de la morgue forense, los familiares de la víctima estaban desconcertados, no sabían cómo había llegado ahí, ni qué la motivó a trasladarse hasta el lugar.

La oscuridad de la madrugada la arropaba, el temor la invadía, un minuto de duda se convirtió en su mortaja. Cuando Rita Elena atravesó la carretera se detuvo a pensar, retrocedió para devolverse a la acera y en ese momento una chirrinchera pasó a toda velocidad llevándosela por delante; tras el impacto su cuerpo inerte quedó tendido en el pavimento sobre un charco de sangre espesa que brotaba de su cabeza; tenía heridas visibles en la cara, raspones en los brazos y un golpe en una pierna, detalló Sugeí Montiel, cuñada de la víctima.

El conductor del vehículo al darse cuenta de lo que había hecho intentó darse a la fuga, pero no lo logró, una falla mecánica se lo impidió. Los vecinos de los barrios adyacentes comenzaron a salir de sus viviendas para saber lo que había pasado, entre ellos se encontraba un primo de la occisa quien inmediatamente la reconoció; al verla tirada en el suelo lloró desconsoladamente, al igual que el resto de la familia de Rita, no se explica que hacía por el sector a esa hora.

Minutos después del hallazgo, la comunidad llamó a la Policía científica para que se trasladara hasta el lugar. A lo lejos era posible divisar la chirrinchera que la arrolló, el conductor bajó del vehículo abrió el capo, parecía arreglar los cables del motor. Cuando los funcionarios llegaron los vecinos le indicaron que el vehículo estacionado en la esquina les resultaba sospechoso, al acercarse descubrieron que se trataba del sujeto que la había asesinado accidentalmente.

El hombre le comentó a los efectivos policiales que había acelerado porque llevaba una emergencia, en efecto, dentro del vehículo iba una pareja con un niño que no podía respirar, aunque las razones eran lógicas y la declaración comprobable; esposaron al conductor ante la mirada atónita de los vecinos. Los padres del niño se bajaron angustiados, lo único que les importaba era trasladar al pequeño al centro asistencial más cercano, "en eso la policía les colaboró", comentó Sugeí.

Una vez levantado el cuerpo, el primo de la víctima llamó al resto de sus familiares para informales sobre el deceso de la joven. No salían de su asombro, la hacía durmiendo en su habitación. Una de las hermanas de la occisa sostuvo que Rita más allá de ser sordomuda no tenía problemas de depresión, ni había padecido otro tipo de enfermedad neurológica.

 

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