Los
Los Álvarez corrieron ayer, se movilizaron lo más rápido que pudieron. Su afán tenía un único objetivo: salvarle la vida a uno de los menores de la casa, Yendry, de 14 años. Al estudiante le dispararon en el pecho en el frente de su residencia en el barrio Virgen del Carmen, parroquia Ildefonso Vázquez, al norte de Maracaibo.
Los esfuerzos fueron en vano, el muchacho ingresó sin vida a la emergencia de una clínica en la avenida Las Delicias. Su familia quedó en shock. Hombres y mujeres lloraron por igual. El dolor los dejó sin palabras y furiosos. No querían fotos ni comentar lo que según ellos no sabían, cómo o por qué ocurrió el crimen.
La Policía sabía poco, a los médicos los dolientes no les explicaron mucho. Unos conocidos solo dijeron que el estudiante de bachillerato acaba de llegar de clases a su casa. Unos amigos lo llamaron, los hizo esperar unos instantes, pero apenas se asomó a la calle le dispararon. “La bala le traspasó el corazón”.
Del homicida y sus acompañantes nadie dio detalles. Se espera que la Policía acuda a la barriada y entreviste a los testigos. Hasta el cierre de esta edición el cadáver del muchacho permanecía en el centro asistencial. No se conocía ningún móvil por el homicidio ni habían iniciado los interrogatorios.