Asesinan a “Franklin Masacre” en la penitenciaría de Lara

La revuelta en el interior de la penitenciaru00eda iniciu00f3 por el reclamo de los reos por las malas condiciones carcelarias. (Fotos: Cortesu00eda)

Al expran de la PGV lo mataron a puñaladas en medio de un motín que inició la noche del lunes

La información sobre el asesinato de Franklin Paúl Hernández Quezada (50), alias “Franklin Masacre” o el “Viruviru”, corrió ayer. Al antisocial lo ultimaron durante una revuelta en la Comunidad Penitenciaria Fénix, ubicada en el sector Uribana, de Barquisimeto, estado Lara.

Según reseñaron medios locales, al expram de la Penitenciaría General de Venezuela (PGV) en San Juan de Los Morros, estado Guárico, lo asesinaron a puñaladas.

Se conoció que el motín inició, el pasado lunes por la noche, por el reclamo de los internos por las malas condiciones carcelarias. 

Reo peligroso

A “Franklin Masacre” lo responsabilizaban por uno de los conflictos registrados hace un año en la PGV, cuando se disputaba el liderazgo del penal.

En ese motín se rebeló el negocio del tráfico de drogas y cobro de “causas” dentro de la cárcel además de una fosa común, donde hallaron cientos de restos humanos.

A Hernández Quezada lo calificaban como uno de los más peligrosos prames de la PGV, donde incluso tenía su propia celda donde castigaba y mutilaba a sus enemigos.

En julio del presente año se registró una reyerta en el sitio, donde dos reos murieron calcinados y cientos quedaron heridos, incluso por armas de fuego. Dos versiones detallaban que aquel motín era por una golpiza a un interno y la otra el reclamo por maltratos a los presos.

Franklin Paúl era señalado por los delitos de tráfico ilícito de armas y municiones, tráfico ilícito de droga, lesiones intencionales graves y hasta el homicidio de un custodio de la PGV. Su expediente policial lo identificaba como secuestrador, extorsionador, ladrón y homicida.

Petición en videos

El recluso llegó a divulgar unos videos dirigidos a la antigua ministra Iris Varela, donde mostraba a reclusos con tuberculosis y solicitaba ayuda médica inmediata. Para entonces se hablaba de una inminente intervención del penal, entre otras cosas, ya que las autoridades responsabilizaban a algunos internos del robo de 84 granadas, ocurrido en una instalación militar en ese mismo estado. Luego se hizo pública la denuncia de siete fallecidos por falta de medicamentos y se conoció que muchos de los más de 11 mil presos llevaban varios días sin recibir alimentos.

 

 

 

 

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