El cuerpo yacía boca arriba, ensangrentado, en el suelo y con pocas posibilidades de sobrevivir. Los detectives colectaron tres conchas de escopeta, calibre 12. Se inclinan hacia el ajuste de cuentas y la venganza como principales móviles del asesinato
Con una escopeta, calibre 12, asesinaron a José Ángel Llorente Velásquez, de 26 años, cuando cumplía su jornada de trabajo en la finca La Aurora, parroquia El Moralito del municipio Colón.
Alfredo Velez, dueño del predio, conversaba con el hermano de la víctima cuando escucharon tres detonaciones. Siguieron el sonido hasta la vaquera, ahí se tropezaron con el cuerpo de José Ángel. yacía boca arriba, ensangrentado, en el suelo y con pocas posibilidades de sobrevivir. De sus o su atacante no había rastro, se esfumó con la misma rapidez con que murió su víctima, reseñó Diario de Los Andes.
Horas después, una comisión de la Policía científica se acercó a la granja para iniciar las investigaciones. Los detectives colectaron tres conchas de escopeta, calibre 12. Se inclinan hacia el ajuste de cuentas y la venganza como principales móviles del asesinato. Al obrero no le quitaron ninguna de sus pertenecias. Presumen que alguien de su entorno planificó el homicidio, conocía cómo entrar y salir rápido de la granja sin toparse con el resto de los trabajadores.
"Nos alejamos y se escucharon tres detonaciones. Buscamos por la zona y no vimos a nadie extraño", declaró el hermano del occiso a los investigadores.
El cuerpo del trabajador fue llevado hasta la morgue del Hospital General de Santa Bárbara de Zulia para la respectiva necropsia de ley.